—¿Draco? Amor, ya llegué.
Hermione recorría los pasillos de la mansión buscando a su esposo. Miró en la sala, en su estudio y en la habitación de Scorpius, que ya dormía. Su siguiente opción era la biblioteca. Abrió lentamente la puerta y lo vio sentado en el borde de uno de los sillones, con la cabeza entre las manos y a sus pies, su varita.
—¿Draco, estás bien? —se acercó y lo tocó en el hombro suavemente. Él se sobresaltó.
—¡Hermione! Lo siento, no te escuché llegar —se levantó y le dio un beso—. ¿Cómo te fue en el trabajo?
—Bien, pero dime qué pasó.
—¿De qué hablas? —evitó su mirada.
—Sabes de qué hablo —lo miró severamente.
—No es importante, en serio, no tienes por qué preocuparte.
—Draco, estoy aquí para ti, para lo que necesites —él le dio la espalda y se alejó unos pasos.
—Yo... intentaba conjurar un patronus. Obviamente no pude —Hermione se acercó a él y abrazó su cintura.
—No me habías dicho que querías aprender ese hechizo.
—Realmente nunca me había interesado. Pero, hoy en la cena Scorpius me preguntó que cuál era el mío. Le dije que se lo mostraría después, que sería una sorpresa. Ahora no quiero decepcionarlo.
—Yo te lo enseño, pero mañana ¿sí? Ahora estoy muy cansada.
Draco se volteó y la abrazó, le dio un beso en la frente.
—Pero no quiero que Scorpius vea.
—Tranquilo. Después del desayuno lo llevo con los Potter —él hizo una mueca—. No me mires así, Draco Malfoy. Sabes que Albus es su mejor amigo y, aunque no quieras aceptarlo, tú adoras a Harry.
—Eso es una vil mentira, Granger —ella rio.
—Niégalo todo lo que quieras, hurón —volvió a besarlo —. Vamos por una taza de chocolate con masmelos, te hará bien.
—El chocolate era para los dementores ¿no?
—Funciona para todos los males —dijo riendo.
***
Al día siguiente, la familia Malfoy Granger desayunó temprano. Los elfos les sirvieron la comida en los jardines ya que hacía un día soleado. Hermione había hablado con Harry y él dijo que estaría encantado de recibir a su pequeño ahijado.
—¿Mamá, nos vamos ya? Quiero ver a Albus.
—Ya va, cariño. Debes terminar tu desayuno primero —le señaló el jugo de naranja y la tostada —después alistas tu maleta y salimos.
—Papá, ayúdame...
—No, Scor. Tu mamá tiene razón —dijo con una sonrisa.
Cuando terminaron de comer, Scorpius se levantó y corrió a su habitación. Draco aprovechó el momento y tomó la mano de Hermione sobre la mesa.
—Gracias por hacer esto.
—No tienes que agradecer. Yo te amo y siempre te apoyaré y ayudaré en lo que pueda.
El pequeño Malfoy llegó corriendo.
—Ya, mamá, vamos —dijo jalándola de la mano.
Draco la vio entrar a la mansión junto a su hijo y no pudo evitar sonreír. Amaba a esa mujer como a nada en el mundo, y ese pequeño rubio era el mejor regalo que le había dado.
Cuando ella volvió se dirigieron a la biblioteca.
—Sabes toda la teoría ¿verdad? —preguntó Hermione.
—Sí. Recuerdo feliz, círculos con la varita y decir "Expecto Patronum".
—No es solo un recuerdo feliz, Draco, tiene que ser el mejor recuerdo. Para producir un patronus corpóreo el sentimiento debe ser muy poderoso.
Él lo pensó por un momento. Vio a su hijo recibiendo su primera escoba, la felicidad en su carita y lo emocionado que estaba porque su papá le enseñara a volar. Fue uno de los mejores momentos. Se concentró en cada detalle, en el poder del sentimiento y lanzó el hechizo.
Nada.
—¡Es inútil! —gritó con frustración.
—Draco, calma. El recuerdo no era lo suficientemente poderoso.
Él caminaba desesperado de un lado a otro. Necesitaba pensar. Había sido un mortífago, vio cómo torturaban y asesinaban inocentes. Incluso él usó la maldición cruciatus un par de veces. Su infancia no fue mala pero tampoco buena, creció en una familia sin muestras de afecto, donde el cariño no se expresaba. Odió a su padre por mucho tiempo, envidió a Harry Potter durante años y estuvo a nada de convertirse en un asesino.
Pero había algo, alguien, que había cambiado su vida. Su hermosa esposa, la sabelotodo, hija de muggles a la que por años creyó odiar. Recordó su boda, su luna de miel, el día que le dijo que estaba embarazada y cuando dio a luz. Ella era su mejor recuerdo, estaba seguro. Si al pensar en ella no lograba conjurar un patronus, nada lo haría. Cerró sus ojos y pronunció el hechizo.
—Expecto Patronum.
De la varita surgió una neblina blanca. Lentamente tomó la forma de un animal.
—¡Draco, lo lograste! Es... ¿una leona? —Él abrió sus ojos lentamente. Hermione lo miraba sorprendida.
—Sí...
—Es hermosa.
—Igual que tú —se acercó a ella y tomándola fuertemente de la cintura la besó con pasión—. Hermione, te amo. No tienes idea de cuánto.
—Yo a ti, amor —le acarició una mejilla —¿vas a contarme en qué pensaste al realizar el hechizo?
—¿No es obvio? —rio —En ti, Hermione. Eres mi mejor recuerdo, de hecho, lo mejor que me ha pasado en la vida. Tú y Scorpius, pero sobre todo tú.
Hermione se sentía a punto de llorar. Su esposo no era muy bueno con las palabras y eran pocas las veces en las que le había dicho algo así. Él solía demostrar su amor con acciones, así que atesoraba los momentos como este.
—Tú también eres lo mejor que me ha pasado, Draco.
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💚
¡Hola! Hoy vengo curiosa. Me gustaría saber ¿cuáles ships son sus favoritos? A parte del hermoso Dramione, obviamente.
A mí me encanta el Fremione.
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Dramione: One Shots
Fiksi PenggemarPequeñas historias sobre Hermione Granger y Draco Malfoy en diferentes lugares, situaciones y años. Para los amantes del Dramione. *Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling* *La imagen de la portada no es de mi creación, solo la edición* #9...