Dramione: One Shots

Quidditch (2)

Habían pasado unos días desde que Draco la había besado frente a todo el colegio. Después del partido Harry y Ron la habían esperado en los camerinos para tener una seria (y no muy placentera conversación). Aún la recordaba...

—¿Estás loca? —gritó Ron enfadado. Después su expresión se volvió de preocupación —¿Te hechizó? Hermione, tienes que decirnos si Malfoy te está chantajeando.

—Nada de eso Ron —contestó con la frente en alto—. Miren, de verdad lamento que se hayan enterado de esta forma, quería ser yo la que les contara, pero ya no puedo arreglar eso.

Ambos la miraron esperando una explicación. Harry no había emitido ni una sola palabra.

—No sé cómo, simplemente pasó. Ustedes saben que él es diferente ahora —continuó.

—¿Y si te está usando? —preguntó el pelirrojo —¿Y si todo esto es solo una mala broma para lastimarte?

—No lo es, Ron —él la miró con escepticismo —estoy segura.

—Hermione... ¿lo amas? —intervino Harry por primera vez. Ella lo pensó por un momento.

—Creo que no hemos llegado a ese punto todavía, pero lo quiero, y mucho...

—Yo no puedo aceptarlo. Perdón, Mione, pero simplemente no —dijo Ron y sin esperar una respuesta se fue.

—¿Harry, tú me apoyas? —lo miró suplicante. Él se acercó y la tomó de los hombros.

—Te quiero, lo sabes ¿verdad? —ella asintió —necesito pensar, no quiero ser un mal amigo, pero... no sé, todavía no lo proceso —besó su frente y salió del lugar, dejándola sola.

Hermione limpió una lágrima que se había escapado, respiró hondo y se dirigió a la salida. Afuera, un apuesto Slytherin la esperaba.

—¿Cuánto escuchaste? —preguntó ella.

—Lo suficiente —contestó y tomó sus mejillas —¿estás bien?

—Sí —suspiró —reaccionaron como era de esperar, pero no puedo evitar pensar que si se hubieran enterado por mí tal vez habría sido diferente —Draco la abrazó y ella se refugió en su pecho.

—Preciosa, todo estará bien, te lo prometo —le dio un beso—. Pero no me voy a disculpar por lo que hice, no me arrepiento —ella soltó una pequeña risa.

—Ya lo sé, te conozco muy bien, rubio.

Después de eso se había refugiado en la biblioteca para no enfrentar las miradas que le dirigían todos los estudiantes, e incluso algunos profesores. Salía temprano de la Torre de Gryffindor y volvía tarde, trataba de no ir al Gran Comedor e iba directamente a las cocinas por comida.

Ron seguía molesto y en clase la ignoraba olímpicamente. Harry la saludaba desde lejos, pero era obvio que todavía no se sentía cómodo. Hermione tampoco hacía el esfuerzo de acercarse, sabía que debía darles algo de tiempo.

Pero eso era lo de menos, lo que de verdad la atormentaba era Draco. Como ya todos sabían de su relación él quería que pasaran más tiempo juntos y sin esconderse. Sin embargo, ella no soportaba que todos los miraran y había comenzado a evitarlo. Extrañaba besarlo, abrazarlo, conversar con él, pero no podía hacerlo ahora que tenían tantos ojos encima. Simplemente no era lo mismo.

Ahora se encontraba en la biblioteca otra vez, sentada en una de las mesas más escondidas para evitar ser vista. Intentaba leer, pero sus pensamientos no la dejaban concentrarse.

—Al fin te encuentro —abrió los ojos sorprendida. Él estaba en clase ahora, era imposible.

—Draco, yo... ¿No deberías estar en clase?