Familia

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—Hermione, en serio no quiero ir —dijo Draco por enésima vez. Estaba recostado en el sofá y veía a su novia envolver un regalo.

—No sigas, Malfoy. Ya es hora de que conozcas a tu sobrino —contestó un poco irritada.

—No me digas "Malfoy". Solo lo haces cuando estás muy molesta.

Hermione rio. No podía creer que a Draco Malfoy lo asustara un bebé. Bueno, sabía que no era sólo eso. Teddy Lupin cumplía su primer año y para celebrarlo, familia y amigos se reunirían en La Madriguera.

Le puso un lindo moño azul al regalo y se acercó al rubio. Se arrodilló para quedar a su altura y le acarició el rostro.

—Draco, dime por qué no quieres ir.

—No soy bienvenido allá —susurró.

—Sabes que sí lo eres, así que dime la verdad.

Él se levantó bruscamente del sofá y tomándose el pelo comenzó a dar vueltas por la sala. No había sido completamente honesto con ella, pero sabía que tenía razón. Llevaba meses excusándose para no asistir a esas reuniones y ya era hora de hacerlo. La invitó a sentarse y le tomó las manos.

—Tengo miedo —dijo sin mirarla a los ojos—. Sé que todos ustedes son la familia de Teddy, pero él tiene mi sangre. Siento que debo esforzarme más por ser un buen tío y no quiero que cuando crezca se entere de que fui un mortífago y su forma de verme cambie.

—Draco, lo que fuiste no determina lo que eres ahora. Tú cambiaste, al final nos ayudaste y todo lo que has hecho ahora para ayudar a reconstruir el mundo mágico es increíble —tomándolo de la barbilla lo obligó a mirarla—. Eres un gran hombre y estoy segura de que Teddy verá todo lo bueno que tienes para ofrecerle.

Lo besó tiernamente, con ese único acto quería mostrarle todo el amor que sentía por él. Draco la abrazó con fuerza y le agradeció en un susurro.

—Está bien, vamos a ese cumpleaños —dijo con seguridad —estoy listo.

***

Al llegar a La Madriguera, se encontraron a Molly en la cocina. Ella los saludó efusivamente y les anunció que la fiesta se celebraría en el jardín. Draco y Hermione salieron y vieron que eran los últimos en llegar.

Los hermanos Weasley y Harry disputaban un partido de Quidditch. Arthur charlaba animadamente con Hagrid y Andrómeda Black. Ella tenía a Teddy en sus piernas y le daba de comer.

—No me vayas a dejar solo —le susurró el rubio al odio. Hermione tomó su mano y juntos se acercaron a ese extraño trío.

—Hola a todos —saludó Hermione. Arthur y Hagrid la abrazaron, Andrómeda le sonrió, pero rápidamente dirigió su mirada al ex Slytherin.

—Finalmente nos vemos, querido sobrino.

—Hola, tía —mierda, no debí venir, pensó.

—¿Así saludas a tu familia? —dijo seriamente, pero sus ojos tenían un brillo divertido. —Teddy, este es tu tío Draco.

El bebé lo miró y sonrió. Cambió su cabello azul a un rubio platinado y levantó sus bracitos pidiendo que lo cargaran. Draco no sabía qué hacer, no tenía ni la menor idea de cómo tratar a un niño.

Andrómeda se levantó y, sin decir nada, tomó la mano de su sobrino y le acomodó al bebé en los brazos. Teddy se colgó de su cuello y lo miró, sus ojos se tornaron gris mercurio. Draco rio y lo abrazó. No sabía que se podía sentir tanto amor por otro ser en tan poco tiempo. Era la primera vez que lo cargaba y ya no quería soltarlo nunca más.

—Ven sobrino, caminemos. Tú y yo tenemos muchas cosas de las que hablar —Andrómeda lo sacó de sus pensamientos.

—Claro. ¿Nos llevamos a Teddy?

—Sí. Ellos todavía se demoran con su partido así que tenemos tiempo.

Draco miró una última vez a Hermione quien le sonrió y lo alentó, sabía que él necesitaba aclarar varias cosas con su tía. Ella era el único familiar que le quedaba.

Se sentó junto a Hagrid para unirse a la conversación. Minutos después, Molly llegó con el pastel, varios platos y vasos que levitaban detrás de ella. Con ayuda de su varita acomodó toda la comida en la mesa.

—¿Estamos listos para empezar? —preguntó.

—Esperemos un rato —dijo Arthur —deja que los chicos terminen de jugar al Quidditch y...

—Draco y Andrómeda están hablando —mencionó Hermione.

Observaba a su novio caminar. Al principio había estado tenso, preocupado, pero poco a poco se había ido soltando. Jugaba con Teddy e incluso se reía de los comentarios de su tía. Nunca lo había visto así. Sabía que Draco era feliz, el amor de familia tenía un efecto muy especial en él.

Algún día, pensó Hermione. Algún día tendremos nuestra propia familia.

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Espero que te haya gustado. ☺️

Dramione: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora