Celos

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—¡Weasley! ¡Zabini! —gritó la profesora McGonagall —un comentario más y los pongo de patitas en la calle.

Su mirada era tan severa que nadie rio, todo el salón quedó en completo silencio. Gryffindors y Slytherins estaban más que acostumbrados a esas peleas y los regaños de la profesora, pero esa vez era diferente.

—Estoy cansada de sus constantes altercados —continuó—. El proyecto final lo realizarán en parejas, que yo escogeré, y su compañero será alguien de la otra casa.

—¡No! —se quejaron varios estudiantes —no nos castigue a todos por culpa de ellos, por favor.

—Esto no es un castigo. Tienen que aprender a convivir pacíficamente y si tengo que obligarlos para que lo intenten, lo haré —miró a los estudiantes esperando una respuesta, nadie dijo nada—. Entonces, escogerán un tema del libro Guía de la transformación: nivel superior y harán un ensayo. El pergamino debe tener al menos 3 metros de largo y deberán demostrar avances en la parte práctica. ¿Alguna pregunta?

—Profesora —habló Hermione Granger —¿debemos decirle qué tema escogeremos?

—No es una obligación, pero les recomiendo que lo hagan. No podrán repetir tema, así que la primera pareja que lo escoja se lo queda. ¿Alguna otra pregunta? —completo silencio—. Listo. Cuando los llame se sentarán con su pareja y mantendrán esos puestos hasta el día de la entrega que será en un mes.

La tensión se sentía en el ambiente. Todos se habían resignado a lo que les esperaba, pero la incertidumbre de quién sería su compañero les ponía los pelos de punta.

—Weasley y Zabini —comenzó McGonagall. Las malas caras no se hicieron esperar—Longbottom y Greengrass. Brown y Goyle —los nombrados comenzaron a levantarse para tomar sus nuevos puestos—. Finnigan y Crabbe. Granger y Nott.

—Suerte —le susurró Draco a Theo con un tono de burla. Él solo lo miró y caminó hacia Hermione.

—Potter y Malfoy.

—Carajo —dijeron ellos al mismo tiempo.

—Thomas y Parkinson. Patil y Bulstrode —finalizó la profesora—. Quedan 20 minutos de clase, aprovéchenlos para planificar el proyecto con su compañero.

—Hola, Hermione. ¿Puedo decirte así? —ella le sonrió.

—Claro, es mi nombre —dijo con una sutil risa que a Theo le gustó.

—¿No te molesta haber quedado conmigo? —Hermione se encogió de hombros.

—La verdad podría haber sido peor. Sé que eres inteligente y responsable, es lo único que me importa —él sonrió.

—Veo que me tienes muy bien estudiado.

—Yo... no, es decir, sí pero no —Theo le regalo una risa sincera.

—Solo te molesto —Hermione se había sonrojado, lo que le daba un aspecto tierno.

—Ya —suspiró aliviada—. ¿Puedo preguntarte algo? —él asintió —¿Por qué te portas tan bien conmigo? Sé que no eres de los Slytherin que insulta, pero bueno, tampoco eres así.

—Bueno, yo-

—Cara rajada, harás lo que yo diga —el gritó de Malfoy lo interrumpió.

—Tú no vienes a darme órdenes, hurón oxigenado —respondió Harry. Antes de que pudieran continuar con su discusión, McGonagall los aturdió.

—¡Merlín! La profesora en serio ya no nos aguanta —dijo Theo entre risas. Hermione estaba paralizada, eso era totalmente incorrecto, debería decírselo a Dumbledore. Aunque, probablemente él apoyaría a Minerva—. Hermione —la voz de Nott la sacó de sus pensamientos.

Dramione: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora