La platica con el señor Robinson ayudó a tranquilizarme un poco, aún dolía, pero por fin pude volver a respirar normal.Aunque recordar la tristeza en el rostro de Lucas me volvía a destrozar, recordar como lo herí.
Regrese a mi habitación derrotado, arrastrando mis sentimientos en cada paso que daba, con el corazón en la mano o lo que quedaba de el
- hey- me saludó Mateo- estas bien?-
Supongo que mi rostro lo decía todo, en cuanto entré a la habitación se abalanzó hacia mi y me abrazó, un abrazo que no había pedido pero necesitaba
Llore en su hombro, la segunda persona que me miraba llorar esa noche.
Y desde que mi madre me abandonó solo había llorado frente a una sola; Sarah.
Cuando me cobijó y consoló.
Un deseo por verla se implantó en mi mente, pero no solo quería verla, quería que me abrazara justo como Mateo lo hacía en ese momento, quería que me susurrara que todo iba a estar bien, necesitaba ese cálido sentimiento de madre que ella regalaba.
Sin darme cuenta me quedo dormido, así, rodeado de los brazos de Mateo, mi amigo.
Desperte en mi cama, y lo mire alistandose para ir a la cocina
- tu? Me acostaste en mi cama?- era una pregunta estupida pero me acababa de despertar
- claro, mi brazo estaba adolorido y mi cama es muy pequeña para ambos- río un poco mientras se abotonaba los últimos botones de su camisa- irás a la cocina?-
Mi cuerpo estaba adolorido, mi cabeza dolía y mis ojos ardían por tanto que lloré la noche anterior, pero necesitaba distraerme, si me quedaba en cama se que pensaría todo el día en Lucas y no creía soportarlo
- si- respondi al tiempo que me levantaba para alistarme
...
El día transcurrió lento, sentía como si cada segundo fuera una espina en mi cuerpo.
Me dolía el pecho y sentia unas ganas inmensas de llorar, aún no logro descifrar como logré contenerme.
Pensé en Lucas en cada hora, cada minuto, cada segundo.
Cada segundo junto a el había sido magnifico, y pensar que no podia correr hacia el y besarlo me estaba atormentando, solo podia pensar en su sonrisa y su melodiosa voz, en cada peca que bese y las que me faltaron.
- me daras apoyo mañana, verdad?- me pregunto Mateo mientras terminabamos de bajar unas cajas de verdura de la camioneta del señor Robinson
- mañana?- pregunte algo confuso
- no me digas que te olvidaste del evento LUCROB? vaya que Lucas te dejo mal de la cabeza- con su puño golpeo suavemente mi cabeza para despues despeinarme un poco mas de lo que ya me encontraba
- el evento- pronuncie como si no creyera que fuera mañana- claro, pero si te equivocas me reire- ambos reimos y aunque la tristeza aun me controlaba esa pequeña carcajada compartida con un amigo me provoco una calidez en el pecho
- chicos reunion en la cocina- grito una chica rubia
Mientras caminabamos de regreso a la cocina, Mateo decia bromas, sabia que lo hacia para que despejara mi mente un poco, y en serio se lo agradezco, por que aunque sus bromas eran pesimas, la razon era muy buena.
- Todo debe estar listo para mañana- hablaba Nico, llamando la atencion de todos- asi nomas vendran los que me ayudan directo en la cocina, los demas podran preparar sus actos o los que ayudaran como meseros y ayudando a decorar podran tener el tiempo libre desde temprano-
Por una parte agradeci poder dormir un poco mas, por que yo no ayudaba directo cocinando, y el señor Robinson nos habia dicho que comenzariamos a colocar las mesas despues de las nueve de la mañana
- Iras a verlo?- me pregunto Mateo con un poco de miedo en su rostro, supuse que no lo hacia para hacerme sentir mal
- no creo que el quiera- dije en voz baja, sintiendo como mi pecho volvia a doler
- no crees? que hay de ti? quieres verlo?- la voz de Mateo por un momento sono mas madura que antes como si estuviera listo para darme algun sermon
- Mateo, me muero por verlo- admiti causando que sonriera de lado
- Entonces? por que no vas hoy? talvez ya este mas calmado y puedan hablar tranquilos-
No respondi, solo continue con mis tareas, pero su idea continuo paseandose por mi cabeza durante todo el dia.
Mientras limpiaba los salones por la tarde habia decidido ir a verlo, aunque mas bien luche contra mi mismo todo el dia para no correr hacia el, ahora simplemente aceptaba la idea de Mateo y lo que mi cuerpo y mente realmente deseaban.
Apenas termine de limpiar el ultimo salon, camine a paso rapido al elevador, el latido de mi corazon iba subiendo junto con el elevador, me dirigi a la escalera de incendio y subi lo que faltaba para llegar junto a la ventana de la habitacion de Lucas.
Me encontre a mi mismo en la orilla de la escalera, mirando hacia la ventana, procesando la distancia que nos separaba, senti un deja vu al sentir mis manos temblar, me encontraba igual de nervioso que la primera vez que habia saltado a su balcon.
Estaba dispuesto a saltar, cuando la luz de su habitacion se encendio, las cortinas azules estaban sujetadas a los lados, permitiendome ver el interior de esa habitacion que habia visitado antes, esa habitacion que nos observo pecar y disfrutarlo.
Del otro lado del cristal pude divisar a Lucas, su rostro seguia triste y cansado, su nariz estaba un poco enrojecida y en sus ojos se notaba que habia estado llorando, la culpa me invadio, yo era el culpable de toda esa tristeza.
Detras de el, pude ver a su madre hablando, no supe que decia pero por sus expresiones me imagine que intentaba consolarlo, aunque sus palabras no provocaban nada en Lucas.
Su madre lo arropo, le dio un beso en la frente y se marcho, en ese momento mire como Lucas se aferraba a una almohada, enterrando su rostro en ella, se mantuvo asi por unos segundos, despues separo su rostro en busca de aire y entonces fue cuando mi corazon no lo soporto mas, mire como las lagrimas bajaban por sus mejillas, opacando las constelaciones de pecas.
Queria dar ese salto, cortar con la distancia entre nosotros, queria abrazarlo y consolarlo, decirle que jamas me alejaria de el, pero no pude.
Mi cobardia me gano
Di media vuelta, pero tampoco fui capaz de marcharme. Lo unico que me atrevi a hacer, fue a sacar un cigarrillo y encenderlo, me sente en la orilla de metal de las escaleras y volvi a mirar a Lucas, se habia quedado dormido entre llantos, es la peor manera de estar agotado.
Cuando no es un agotamiento fisico, si no mas bien uno del corazon, uno que duele mas que cualquier hueso roto, uno que duele en el alma y todo mundo sabe que no hay medicina para ese tipo de dolor
Lo observe dormir un par de minutos mas, mientas mi cigarrillo se consumia entre mis dedos y el humo entraba y salia de mi sistema...
ESTÁS LEYENDO
Tus Pecas y las estrellas
RomanceSINOPSIS Sebastián un chico huérfano que escapaba de cada casa hogar que se le asignaba, cansado de huir, decide darle una oportunidad a la última casa que le asignaron. La casa hogar Robinson. Donde conoce a Lucas, el hijo de los dueños, quien perd...