Final

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...

5 años habían transcurrido desde aquel día, 5 años que simplemente se fueron volando.

Fue increíble todo lo que sucedió, no entiendo cómo uno puede amar tanto, no entiendo como uno pasa de ser una simple persona a ser un adicto total.

Seguía trabajando, solo que ahora de encargado, los dueños; la señora Rosa y su esposo Roberto, me habian dado la confianza de ayudarles con las cuentas del lugar, y de hacer los pedidos para surtir cualquier cosa que hiciera falta.

Seguia en el mismo apartamento, al final me acostumbre a la longitud de este, a cada metro cuadrado, a cada mueble y a los cuadros que adornaban las paredes. Uno que otro cambio lo volvio mas que un hogar.

Las mismas escaleras de incendio, donde incontables veces, miles de cigarrillos morian entre mis labios y terminaban sobre algun cenicero, donde salia por un poco de aire fresco a apreciar las constelaciones, por que seamos sinceros, algunas adicciones, son imposibles de abandonar.

Como mi primera adiccion; dibujar, seguia presente en cada dia de mi vida, aveces con simples rayas formando algun boceto, mientras que otros tomaban horas de mi tiempo, en cuadros grandes, que al final se quedaban guardados en algun rincon de este lugar. 

Aunque la señora Rosa me habia pagado, para dibujar algunos para decorar el restaurante, fueron trabajos de horas, pero que valio la pena cada segundo, solo para verlos colgados en aquel lugar.

Mi segunda adiccion; la musica, seguia amandola como el primer momento que comprendi alguna letra o melodia, seguia viajando por horas en universos desconocidos, al cerrar mis ojos y dejar que cada nota llenara mis oidos.

Fueron estas y miles de cosas mas en las que perdia la mayor parte de mi tiempo, aprendi a mantenerme ocupado, para no encontrarme a mi mismo pensando todo el tiempo en aquel  chico que habia robado mi corazon.

Creo que no tendria que explicarles de quien hablo, despues de tantas hojas y letras, hablando de el, cientos de versos para el, y solo para el. Lucas, Lucas, Lucas.

Demonios como adoraba su nombre, aveces solo aveces, solo cada noche, pronunciaba su nombre, solo para no perder la costumbre, Lucas, seguia siendo la razon por la cual seguia en este mundo, Lucas, pronunciarlo en alto, aunque fuera solo para mi, me hacia sentir igual de bien, como la primera vez que lo dije. 

Seguia recordando sus labios, sus ojos, su risa, la manera en que su cabello caia tan perfectamente, y sus pecas, cada maldita peca, y las maldigo por volverme un adicto, un adicto a ellas, un adicto a intentar memorizar la posicion de cada una de ellas, las maldigo por el simple hecho de no poder apreciar las estrellas sin pensar en ellas.

Lo volvi a ver, un par de veces, aveces por mas tiempo del que merecia, venia a mi casa cuando disponia de un poco de tiempo libre, y yo agradecia al universo y a su Dios por cada segundo junto a el.

Despues de su tratamiento, y terapias, despues que por fin todo estuviera en orden, Lucas habia decidido seguir cantando, y no solo como un pasatiempo, no solo para el mismo, fue a clases, despues canto en varios lugares, tenia un trabajo, cantaba en pequeños bares o reuniones, y el era feliz.

Creo que despues de todo, eso es lo que cuenta, que sea feliz.

Sus padres siguieron con la casa hogar, y de vez en cuando me pasaba por aquella gran casa, de visita o ayudando, pero siempre volvia.

Y justo ahora, Lucas se encontraba llamando a mi puerta, incesantemente con un ritmo que ya sabia de memoria. 

No podia evitar sonreir al escucharlo cantar mi nombre desde el otro lado de la puerta

Tus Pecas y las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora