Capitulo 37

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No tuve que hacer eso. No lo tuve que hacer. Pude detenerlo, pero... Soy un idiota. No sirvo para nada, soy lo más asqueroso del mundo.

Era mi culpa, mi culpa de su cambio de ánimo. Aun lo recuerdo, sus labios temblaban como si estuviera nevando en el lugar, sus ojos cristalizados que podía ver la oscuridad y el dolor en ellos. Era una mierda.

Percibí unas manos envolver mi cintura. Suspire. Sus uñas postizas no se confundían con ninguna.

— Taylor —dije lo mas amable posible— Suéltame.

— Vamos Harry, no te he visto en días —susurro sobre mi cartílago. Sentí húmeda esa parte— Quiero volver a los viejos tiempos.

Negué, y gire sobre mis talones. Mis ojos salieron de lugar, Taylor estaba en su ropa interior que era mi favorita de todas. Su conjunto negro con un bordado muy hermoso que resaltaba sus senos aun más, y su panty negra completamente con su ligero. Escondí mi labio inferior entre mis dientes calmando la tentación. Muy excitante, pero no podía hacerlo.

— Taylor no…

Me aparte de ella dirigiéndome a mi cama. Cubrí mi rostro con la almohada que se encontraba a mi alcance maldiciéndome por no tener la valentía suficiente y decirle que ya no quería nada mas con ella, que la única que anhelaba era a _____

—  Harry vamos, casi 3 semanas enteras sin sexo es frustrante —la escuche decir para luego sentirla sobre mi abdomen, sus piernas encajaron en mi cintura inmovilizándome, me quito la almohada— Yo se que extrañas mis acaricias, mis suplicas, mis mordisco en tu pene. Todo —se inclino hasta llegar a mi rostro— de —pronuncio— Mí —beso la comisura de mis labios incitándome.

Cosa que no sucedió, ni estaba caliente como para tener sexo con ella, no sentía nada. En lo absoluto. Era como si mi pene no estuviera funcionando ¿Eso podía ocurrir?

— Tay, estoy cansado, dejémoslo para mas tarde —tome su cintura procurando que no se enojara, pero...

— Harry siempre es lo mismo —se quito encima de mi con brusquedad— Desde que llego esa tipa no haces nada que babear por ella, ¿Acaso te gustan las rudas?

Bufe. No tenía humor de hablar mis cosas privadas y menos con ellas.

— No se a que te refieres —no le di importancia y me coloque de pie.

— Oh claro que si —me detuvo de un empujón— A ti te gusta la mujercita esa.

Apreté mis manos convirtiéndolos en puños. Detestaba que ofendieran a ___.

—¿Lo vez? No te puedo decir nada de esa idiota ¿Porque? Por que TE GUSTA —remarco— ¿Ya follaste con ella? ¿Te hace gritar como lo hago yo? O, ¿La tipita es una tonta y no te consigue el máximo placer?

— Me harte —la agarre de su antebrazo fuertemente— Tu no digas nada de ella, que por lo que veo, es mejor persona que tu.

 —rio— ¿Que? ¿Ahora te metiste a monje a juzgar  las personas? O ya se, ya se. —su sonrisa me estaba enfadando— ¿Ahora te importa lo que sienten los demás? Vamos Harry, buscas a mujeres por solo un polvo, solo eso, y tu no sabes que puede ser que a una de ellas le intereses mas que sexo.

Baje mi mirada, era un egoísta.

— Lo se Taylor, pero ellas siempre accedían a mis reglas —me defendí— además, ese no es el caso, el asunto es que ya no quiero que estés aquí. Ni hoy, mañana ni nunca.

— ¿Estas terminando conmigo? —su tono era de asombro y sarcasmo.

— Si, estoy terminando contigo.

Deber Incumplido [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora