Capitulo 23

295 18 1
                                    

Narra Harry

Ver a Mia adolorida me destroza. Me mataba.  Me sentía culpable de todo lo que había pasado. Es que lo era. Yo fui el que insistió desde un principio. Casi se muere y por mi culpa.

Cierro la puerta silenciosamente para no molestarla ya que dio una buena pelea para que no la curara. Sonrío ante aquella Mia ruda a la que conozco y la que nunca se da a su brazo torcer.

Había un clima increíble. Neblina, y un frío que me hacia en no salir y quedarme en  casa.

Me asome por el gran ventanal de cristal pero no era cualquiera sino reforzado.

La vista era maravillosa. Las casas antiguas. Un una gran ruleta se podía ver era el London Eye.

Recorría el lugar y me llamo la atención un objeto. Mire con ternura una fotografía.

Dos personas mayores aparecían con ella junto a la Estatua de la Libertad De New York. Los tres estaban felices ya que sonreían ampliamente. La dama se parecía a Mía. Su color miel y los labios como los de ella. Y el señor en su cabello y sonrisa. ¿Serán sus padres?

Tomo el portarretrato y en ella esta escrita una frase, es su letra. Fina y delicada;

 "New York con Mama y Papa" Sonreí.

La dejo sobre la mesa, y decido volver al sofá acolchado, me siento en este, esta cubierto con un edredón peludo de color negro con algunos toques de flores entre ellas.

Recorro con la mirada el apartamento hasta que fijo mi vista en aquella puerta de madera, y con el alma dolida me dirijo a la habitación. Abro la puerta silenciosamente y, la encuentro profundamente dormida, —La herida la dejo vencida— Me apoyo en el marco de la puerta y la observo detalladamente.

Su respiración baja y sube tranquilamente, sus labios están medios abiertos. La recorro con la mirada, hasta que veo. Nuevamente la herida. Unas ganas de llorar se asoman en mis ojos, verla ahí. Tan frágil. Como un cristal que cualquier viento la puede romper. ¿Porque no te hice caso?

Una gota de culpa y dolor recorría mis pómulos. Echo un último vistazo a la habitación, tomo la perilla metálica fría y salgo con suma cautela. Me dirijo nuevamente al sofá, a descansar, o al menos cerrar mis parparos un rato.

Me levante más temprano de lo usual. Froto mis ojos, y me levanto del sofá incomodo. Bostezo ferozmente y me dirijo al baño del departamento. Me enjuago mi boca con enjuague bucal ya que no estoy y no tengo un cepillo en este lugar, y no puedo abusar de la hospitalidad de mi pequeña. ¿Mi pequeña como estará?

Salgo del baño y me voy directamente a su habitación, no queda ni tan lejos ni tan cerca. Tomo la manilla y con cuidado y sin hacer ruido la abro, asomo mi cuerpo a la habitación. Esta durmiendo como un ángel. Camino sigilosamente hacia la cabecera y me arrodillo. Deslizo mi mano a su pequeño rostro y acaricio con ternura su mejilla. Están tibias, que quiere decir que esta mejor. En lo de su herida.

Mis manos pasean por su apreciado perfil. Sus ojos. Su cabello todo alborotado. Sus labios están medio abiertos. Los delineo con mi pulgar, son suaves y apetecibles. ¡Como desearía poder besarte Mia!

Su respiración choca con mi cara. Todavía llevaba puesta la ropa de la premier a excepción que estaba en su panty y corsé!

— ¿Como me pude encariñar con esta mujer? —Dije en voz baja, acaricie su melena varias veces hasta dejarla lisa.

 “—Hazle el desayuno—“Dijo mi subconsciente. ¿Que mejor despertar que te traigan el desayuno a la cama?

Me levanto de la baldosa blanca, e limpio mis rodillas ya que sigo en boxers.

— ¿Que tendrás que me gusta? No se que será pero me enamore. Me enamore de ti

Su flequillo cayó y se sitúo en la mitad de su cara, lo tomo y lo paso detrás de su oreja.

— Juro que te cuidare para siempre. —Le acaricie su rostro—; ¡Te amo pequeña!

Me incline un poco y bese su frente. ¡La amaba y la amare para siempre!

30 minutos después, ya listo el desayuno. Los coloco en una bandeja de plata que había encontrado. Decidí en prepararle unas tostadas con huevo y tocino, acompañado con zumo de Naranja. Era lo mejor que podría hacer para el desayuno. Aunque no lo crean. Era el mejor en la familia en la cocina.

Colocó el vaso de cristal delicadamente en la bandeja. Pero;

— ¿Nos hiciste de comer?

— No. Es para Mia

— Ou —Dijo Niall asombrado—; Y, ¿Como sigue? Oímos sus gritos en la madrugada.

— Bien, gracias a Dios. Su herida no paso a mayor. Solo tiene que descansar.

— Buenas noticias, ¿Y tu preparaste todo eso, para ella?

— Si, se lo merece. Además quería hacerlo.

— ¡Al finnn! —Dijo elevando sus manos al cielo.

— ¿De que hablas? —Tomo la bandeja en mis manos.

— ¡ESTAS ENAMORADO! —Dijo casi gritando. Tambalee un poco. Deje la bandeja en la mesa y le tape la boca con mi mano para que nadie escuchara.

— ¿Quien esta enamorado? —Dijo Louis entrando a la cocina.

¡Oh perfecto!

— El hombre más cotizado en todo Londres. Esta enamorado de su guardaespaldas — Dijo Niall codeándome en el abdomen.

— Te odio rubia. —Le dije. El alzo sus hombros sin darle importancia

— ¿Es enserio Hazza? – dijo un poco confundido Liam

— Si. — Dije de mala gana—. Amo a Mia –dije en un susurro.

 Varios golpes leves sentía en mi cabeza. Todos los chicos  decían frases como:

“Lo sabíamos” “Se enamoro” “Hasta que por fin”

— ¡Oigan ya! — Dije apartándome de ellos.

—Reía Liam—: ¿Cuando le dirás?

— Todavía no, pero —Los señale a los cuatro—; Prométanme que no le dirán nada!

Se miraron entre ellos. y levantaron su mano derecha en forma de “Juramento”

 — ¡Gracias! —Dije y tome la bandeja para irme.

— Pero nos invitas a la boda ¿Eh? — Se burlo Zayn,

Lo mire asesinadamente mientras caminaba a la habitación de ella. No le dije nada ya que estaba detrás de esta, ellos solo rieron y se pusieron a comer cereal desde la caja.

Abro la puerta con dificultad y para mi sorpresa Mia esta jugando con sus dedos de los pies en el suelo. ¿Habrá escuchado algo? Parecía una niña haciendo eso. Pero me gustaba su forma de ser....

— ¡Buenos días dormilona! —Le dije, ella sonrío mostrándome una de sus mejores sonrisas que me volvían loco.

Deber Incumplido [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora