Prisionera de la Corona

𝕺𝖈𝖍𝖔

A través de las paredes que parecen de cristal, llegan hasta nosotras los aullidos, los gritos y los desgarradores sonidos del látigo.

En la tarde de hoy, la presencia de Rose no nos acompaña en nuestro juego de fichas, son sus alaridos de dolor los que retumban en mis oídos, Coral y Genny lamentan tanto como yo todo lo que le está sucediendo a la pobre chica. Varias veces creí que yo sería la única que estaría satisfaciendo a Barron, lo cual me llenaba de angustia pero al parecer, a Barron le gusta diversificarse.

Genny ya no se atrevió a traer las cartas aquí después de lo sucedido con Coral, ahora trae fichas de domino para jugar, según ella tenía el kit completo pero los demás perdieron algunas piezas lo cual lo hace aun mas divertido por lo complicado que se vuelve.
Intento hacer cambiar a mi mente de tema para no escuchar lo que sucede en la habitación del terror, me pregunto si las chicas escucharon lo mismo cuando estuve ahí dentro. Según yo en mi mente, me mordía la lengua o mi brazo para no gritar ni quejarme, tuve una lengua un tanto hinchada y moretones por varios días pero de igual manera puede que se me haya escapado.

Ahora Rose también tendrá cicatrices en su espalda como recuerdo de la tortura de Barron.

— Gané— dice Genny, sin nada de entusiasmo.

Resulta normal estar así en estas situaciones, nadie puede estar feliz el día de hoy, no con las atrocidades que le están haciendo a nuestra amiga.

Que casualidad que justo ayer estábamos en la habitación de Coral hablando al respecto, Rose me había preguntado acerca de Barron, le conté de eso pero no con detalles, no me parecía necesario ya que no me gustaba recordar todo lo que había pasado ahí dentro y el estarle contando obviamente no me hacía olvidarlo, sentía de nuevo las cicatrices abrirse en mi piel. Le cambié de tema drásticamente antes de que decidiera preguntarme aun mas al respecto por lo que utilicé algo que siempre funciona, su novio.

Resee tampoco está por aquí, está cuidando a Pearl en la enfermería, aunque ya falta poco para que salga de su turno pues Juliet ya está preparando el almuerzo. Ha habido grandes avances en la salud de Pearl, ayer estábamos todas en la enfermería cuando Juliet le estaba dando un plato de sopa, ella no lo vomito, se mantuvo ahí durante todo el día pero solo eso, siguió con sus sueros, Juliet dijo que era probable que vomitara todo si le seguía dando de comer.

Creo que Pearl esta reconsiderando el hecho de morir, ya no opone tanta resistencia como antes, creo que no ha de ser bonito que tu cuerpo intente comerte y la garganta se te desgarre cuando vomitas, Pearl ahora habla mejor, con decir que ahora ya no susurra cuando nos quiere decir algo y sus ojos no están tan sumidos. Me siento feliz, siento que con mis palabras la he ayudado un poco y bueno, no solo yo, todas las chicas en sí.

El timbre para ir a almorzar suena y nos ponemos de pie para ir hacia el comedor. Amely es la única que va sin compañía el día de hoy, sus comentarios fuera de lugar y groseros se han ganado el odio de las demás chicas, Pearl es su única amiga aquí.

Amely no me desagrada tanto, o bueno, si, no lo se... supongo que su personalidad siempre ha sido así y nunca le habían puesto un alto, desconozco toda su vida, me gustaría hablarle si tan solo ella no fuera tan desgraciada y me permitiera acercarme. Ha pasado un tiempo en que no la escucho decir algún comentario sobre mi y eso es bueno pues con cada cosa mala va acumulando puntos para que yo la odie.

En estos momentos no puedo sentir mas que pena por ella, tal vez algún día se disculpara con todas, creo que es lo que deseamos de ella, que se de cuenta que no es el centro del universo aquí.
Quien se sienta a mi lado en esta ocasión es Candy, ocupa el lugar de Rose, quien aun sigue gritando.

— ¿Tan doloroso es?— susurra ella viéndome con sus ojos verdes como si esperara que yo negara ante su pregunta. Genny levanta la vista de su plato para verla a ella al igual que Coral.