𝕯𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

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Estos últimos días han pasado demasiado rápido, el tiempo se siente insuficiente, realmente siento como si solo me despertara y me fuera a dormir en segundos, es como si en el transcurso del día no hiciera absolutamente nada.
Creo que es el efecto del temor que siento, no se cuanto falta para mi cumpleaños y eso me aterra porque podría ser la próxima semana o en unas cuantas horas; jamás creí que me asustaría tanto la idea de morir, pensé que solo sucedería y eso sería todo pero ahora estoy pensando de más toda la situación. ¿Qué pasara con Lucas? No le he dicho absolutamente nada de lo que sucedió hace días con el Jailer, no se si contarle al respecto, tal vez sea mejor solo desaparecer de su vida como si nada, quizás de esa manera sea más fácil para él, se como es mi gemelo y si le digo acerca de mi deseo de cumpleaños se comenzará a preguntar muchas cosas, no solo a mi, se que se torturará con todo eso y no quiero eso para él.

He estado pensando muy seriamente en decirle al Jailer que he cambiado de idea, podría pedirle otra cosa, algo así como un libro o un reproductor de música como el que tiene la rubia de la habitación de al lado pero siento que no puedo hacerlo porque tal vez, solo tal vez, eso es lo que él quiere y yo no le daré el gusto de ser predecible. Solo por esa razón no he corrido hasta su habitación para expresarle lo que siento.

Quiero aprovechar hasta el final cada uno de los días que estoy aquí con mis amigos, algo en mi interior me dice que no lo haga porque de esa manera solo heriré a las personas que amo cuando me vaya pero mi otra mitad me dice que debo hacerlo, que esté con ellos para dejarles bonitos recuerdos para pasar el tiempo aquí.
Si el Jailer en realidad llega a cumplir mi deseo ellos jamás sabrán que fue mi decisión, pensaran que él fue quien planeo todo y le echaran toda la culpa; de alguna manera eso me hace feliz.

Dejo mi huella dactilar en cada pared de vidrio por la qué pasó, para dejar literalmente mi huella en este lugar antes de irme aunque nadie sabrá de quién es y será borrada en unas cuantas semanas cuando limpien los vidrios.

A varias habitaciones a lo lejos veo a Coral sentada en el suelo mientras arma un rompecabezas; su habitación al igual que la mía ya está llena de muchas cosas con las cuales entretenerse. Ahora no tenemos que preocuparnos por ser atrapadas jugando a las cartas o en este caso con rompecabezas, nadie tiene la necesidad de matarse o matar a alguien con los objetos alrededor, todo eso se ha acabado, ha quedado muy atrás en el pasado.

— Te perdiste el almuerzo de nuevo.— dice ella sin voltear a verme mientras me mantengo de pie en la puerta.

— No tenía tanta hambre— el saber que voy a morir pronto me quita el apetito, pero no puedo decirle eso.

— ¿Te has estado sintiendo mal? Puedo ir con Juliet para decirle que te de algo...— aunque parezca imposible parece ser que Coral se ha vuelto la favorita de nuestra nana.

— No, en serio no te preocupes— ella desvía su vista hasta el juego e intenta colocar una pieza que no va.

No se por que pero no logro concentrarme en las piezas, veo la imagen de referencia borrosa y me da una leve punzada en la cabeza; tengo ganas de gritar en este mismo instante a los cuatro vientos todo lo que siento, quiero comprender todo lo que está en mi interior, no entiendo la razón de esta presión que siento en el pecho y el porque me siento tan mal. Me siento culpable, no tomé en cuenta los sentimientos de las personas a mi alrededor ni lo que sucederá con ellos después de mi partida, soy una persona egoísta, pensé en mi misma antes que en mi hermano y...

— Ten— ella estira su mano para alcanzar la almohada de su cama—. He escuchado que esto ayuda cuando te sientes mal.

Y vaya que si lo hace, se que en ocasiones llego a ser un poco obvia pero nadie jamás había notado cuando me dan estos ataques, hasta ahora. Abrazo la almohada con todas mis fuerzas, el tener algo contra mi pecho me ayuda demasiado a relajarme; por un momento podría fingir que se trata de Darmian a quien tengo entre mis brazos... pero todo se desvanece cuando abro mis ojos.
Coral es la que logra terminar el rompecabezas sin mi ayuda, ella suelta un suspiro y se tiende en el suelo para ver al techo y sostener en el aire la caja del juego mientras le da vueltas e intenta que no se caiga de su dedo.

Prisionera de la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora