Prisionera de la Corona

𝖁𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖉𝖔́𝖘

(Lucas)
Me alejo de Mex para despejarme un rato, me siento agobiado estando aquí con él, necesito un respiro. Las cosas han estado un tanto extrañas aquí adentro desde que Laris desapareció. No se nada de ella desde que se fue, todo sucedió tan de repente que no me cabe en la cabeza esa idea, mi hermana lo ha sido todo para mi desde que somos unos niños, no se que haría si... si... si fueran reales los rumores que corren entre los chicos.

Sonará enfermo pero ella para mi aún está aquí, la puedo imaginar mientras lee sus libros sentada en el puff de su habitación, la cual ahora esta vacía y a la espera de un nuevo habitante, para mi Laris sigue caminando por los pasillos hurtando pintura acrílica del club de arte y pintando afuera en el jardín, manchándose los dedos de colores al igual que su ropa, ella sigue yendo a la habitación de Coral para pasar el rato con su amiga mientras charlan de cosas que yo no sé, ella sigue aquí.

Desde que se fue los rumores a cada rato crecen y crecen, mientras camino por los pasillos las miradas me persiguen al igual que sus murmullos entran en mis oídos. Ahora soy el hermano de la chica desaparecida en un lugar donde no se puede desaparecer, no se si lo que diré es desafortunado pero desde que vieron a mi hermana por última vez los chicos piensan que se ha escapado.

Algunos dicen haberla visto salir al jardín, después vieron entrar al Jailer también y ya no salió de ahí jamás, me quema en el alma pensar en que quizás ella intentó hacer lo mismo que Rose y terminó mal; otros dicen que ella estaba en su habitación cuando el Jailer la sacó a rastras de ahí para darle fin a su vida mientras ella pataleaba y suplicaba por que la dejara vivir... el más tonto de todos los rumores fue el de Coral, ella estuvo gran parte del tiempo con Laris antes de desaparecer y según dice, era lo que Laris quería.
¡Pero que tontería! Conozco a mi hermana lo suficiente como para saber que ella jamás le pediría al Jailer que la matara. Laris es como Leah, ambas son fuertes y luchan por su vida siempre, el rendirse no está en el vocabulario de ninguno de los tres, se que mi hermana menor jamás me abandonaría por su cuenta.

Aunque de igual manera ya no se ni que creer, me estoy torturando a mi mismo pensando en todo esto pero es inevitable, necesito respuestas, necesito encontrarla, necesito que siga viva. No quiero volver a estar separado de ella, me da miedo perderla, hemos estado juntos desde siempre, desde que somos unos fetos y el pensar en ya no volver a verla me esta aniquilando.

No he parado de intentar buscar respuestas, el Jailer ha venido mucho menos desde hace varias semanas, creo que evade cualquier pregunta que le puedan llegar a hacer aunque todos le tienen suficiente miedo como para acercársele por su cuenta, pero yo no... no mucho; desde que él no se aparece por aquí lamentablemente Barron parece ser el encargado, lo cual resulta peor para todos.

Intento despejar mi mente de todos mis pensamientos en el club de música, el piano había sido mi pasión desde que tengo memoria, por ciertos caprichos de mi papá jamás pude terminar mis lecciones de niño pero con el tiempo de sobra que tengo me he convertido en casi un experto, la mayoría de los días me la paso aquí encerrado con Mex mientras él toca su guitarra, a veces hacemos covers de canciones que escuchamos en los pasillos, provenientes de una chica rubia de la cual no me se su nombre.

Por ahora prefiero estar solo, alejado de mi único amigo para no abrumarlo con mis problemas, he notado que él tampoco se siente bien, he notado que el temor abunda en sus ojos y se siente vigilado en todo momento. A cada rato mira hacia ambos lados como si sintiera que alguien esta a punto de hacerle algo pero nadie parece estar nunca a su alrededor, tal vez es el efecto de estar encerrado tanto tiempo, tal vez todos nos estamos volviendo locos y paranoicos.

— Lucas... ¿vienes?— la voz de Genny me saca de mis pensamientos, estaba tan centrado en ellos que ni siquiera escuche la campana para la cena.

— Si... ahorita voy.