Folio N° 7: Verdades dolorosas

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— S-S-Sr. Boldini, ¿se encuentra bien?

—Estoy bien. Me alegra que se haya ido —responde mientras se sacude el polvo de su ropa—. Sé que no es común que se juzgue al acusado sin que esté presente, pero estos acontecimientos inesperados nos obligan a hacerlo. Mejor evitar daños mayores.

Sí, está en lo correcto.

— De nuevo pido nombre y profesión, señorita —Arturo se arrima al lado de la testigo, reanudando el juicio.

— Fiscal... ¿Está seguro? —el temor aún la invade.

— ¿Por qué pregunta?

— Yo... no... ¡no puedo declarar! ¿Qué pasa si el acusado...?

— No le pasará nada —la interrumpe—. Se ha dado cuenta de que él se ha ido. Está informada de todos los hecho aquí expuestos, ¿no?

— He... prestado atención al juicio —baja la cabeza.

— Es necesario sacarlo a la luz en estos momentos. Y además... la hemos protegido de Suárez.

— ¿Eh?

¿De qué habla?

—Entiendo que le afecte muchísimo, pero... ilumine nuestro camino con su testimonio, y acabemos con esto de una vez. Estoy harto de jugar a ser espía.

— F-Fiscal... me ha convencido —se quita la capucha—. Soy Destiny Bridge, diseñadora de modas.

¡¿Quéeeeeeeee?! ¡No puede ser!

— No me diga, testigo... ¡¿Es usted... la hija...?!

— Sí, de la mujer que acaba de declarar... y del famoso diseñador, Frederick Bridge.

No es posible...

Siento que Destiny me mira, y Arturo interviene.

— Su declaración, Srta. Bridge.

— Ahora mismo.

Me cuesta creer que... esté en el estrado. Es muy sensible con estas cosas, más si le pasan a ella.

— Yo fui la primera víctima de Christopher Suárez. Fui su rehén cuando tenía 16 años. Me rescataron dos semanas luego del secuestro. Al enterarme del veredicto de "Inocencia", me quedé perturbada, y así a día de hoy —respira profundo—. Cambiando de tema, hace dos días... la Fiscal Boldini me citó a su oficina para hablar conmigo de ello, a las 17:30 horas. Al terminar se retiró, y luego me dijo que me quedara. Más tarde, un hombre entró a la oficina y me atacó. ¡Me hizo de todo! Me rasguñaba, me pateaba, golpeaba... y me lanzaba contra todos los muebles. Esta es la prueba —se quita el abrigo. Tiene moretones por todo el cuerpo—. Eso fue lo que pasó. Se me hace difícil seguir. Lo siento.

— Fue un horror, me imagino —comenta el Juez.

— Con esto es suficiente para llegar a la verdad —afirma Arturo—. Será la base de nuestras teorías.

— ¿Algunas preguntas para la testigo?

— Una sola. ¿Era el acusado el que la atacó?

— Estoy 100% segura de que era él, Fiscal Boldini. Lo reconocí por su voz.

— No más preguntas —Arturo se sienta en su puesto.

— ¿Srta. Girers?

— Mmm... Claro que tengo mis dudas, Su Señoría. Srta. Bridge, luego de tanta agresión, ¿el Sr. Suárez hizo algo más?

— Eeem... Déjeme recordar... Yo estaba en el suelo, agonizando de dolor, pero logré verlo abrir la ventana y empezó a acercarse a mí amenazante. Cuando me acorraló, trató de cargarme en sus brazos y yo me resistía todo lo que podía, y al final... me tiró.

Acta del Veredicto (EN PAUSA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora