Acta del Veredicto (EN PAUSA TEMPORALMENTE)

Folio N° 20: ¿Suficiente para ganar?

Él nos relató detalladamente los acontecimientos recientes en el Centro de Detención, con la voz cargada de sentimientos de odio y enojo, resultante de los mismos. Las múltiples amenazas que habló Clawblue a él fueron capaces de meter miedo en nosotros, y por lo tanto, inseguridad de continuar con nuestra investigación.

— Estoy pensando en ignorarlo. No creo, y ni quiero creer, que cumplirá con todo lo que me dijo —manifiesta Francisco, a lo cual asiento con aprobación.

— F-Francisco, ¿y-y si lo hace en serio? ¿Y si en serio se aprovecha de Valery...? —Destiny parece como si hubiese visto un fantasma.

— ¿Y si mejor te callas? —se enfada y se pone frente a ella. Está asustada— ¡No me obligues a cerrarte yo mismo la boca de cotorra que tienes!

Se habrá inspirado de las palabras de Clawblue para gritarle a Destiny. Un pesado. Que le grite a la pared.

— ¡Fiscal! ¡Trate de tranquilizarse! —Vidsew se incorpora para calmar los ánimos de Francisco— Nos tiene a nosotros para evitarlo. ¡A la Srta. Girers no le pasará nada!

Gruñe como un salvaje—: Para evitar eso... mejor que esta chica no lo invoque. Traerá fatídicas consecuencias —Destiny se asemeja a una mujer sumisa a su marido por su expresión de angustia.

— A mí que me pase cualquier cosa, pero no le faltes el respeto así a mi mejor amiga —también me incorporo, con mi fulminante actitud acompañándome. Me mira a los ojos, bajando poco a poco su temperamento—. Ese pervertido y psicópata delincuente no frenará mi caso. Y a como dé lugar, conseguiré la libertad de John.

— Valery... ¡por eso te quiero, amiga! —corre a abrazarme— Te comportas más como un caballero que como una dama. ¡Eres increíble!

Reserva tus elogios para cuando salve al amor de tu vida.

El oficial y Francisco contemplan la escena, con una pequeña sonrisa.

— Destiny, lo siento. No quería gritarte así —este último camina hacia nosotras, arrepentido.

— No hay ningún problema —dice dulcemente—. Sigues enamorado.

Vaya, fue directo al grano.

— ¡Ey, ey, ey! ¡¿Eso es cierto?!

Quieren un cotilleo, ¿eh?

— Vidsew, ese es un asunto personal. No se meta.

— C-claro, claro. Su vida, sus asuntos —declara.

— Es hora de irnos, supongo —recojo los documentos que nos entregó, sin que falte el dardo, y le paso el teléfono a Francisco—. Gracias por la ayuda, oficial.

— Con el Fiscal Yuste a su lado, seré su más leal aliado. Él nos ha ayudado bastante, y más ahora que, con su eficaz trabajo, todo empieza a encajar en este confuso rompecabezas.

No puedo evitar sonreír. La satisfacción es lo que la dibuja en mí.

— Gracias a usted por afirmar eso —siento a Francisco detrás de mí, muy cerca.

— Ah, otra cosa. ¿Qué sabe... de Arturo? ¿No debería estar aquí? —alzo una ceja dubitativamente.

Sí, es extraño que no esté aquí.

— Lo más probable es que venga a las 17:00 horas. No falta tanto —mira su plateado reloj de pulsera.

— Será mejor que nos vayamos. No me imagino su cara al encontrarnos "colonizando" su territorio—bromea Destiny y se acomoda entre nosotros.