Folio N° 17: Incertidumbre

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Narra Valery

Lo último que recuerdo... es la cara de ese hombre de más de cincuenta años, con una enorme cicatriz a lo largo de su rostro.

*Flashback*

Mis ojos se abrieron luego de un lento movimiento. Lo tenía frente a mí, en un cobertizo con una tenue luz blanca iluminándolo.

Mis muñecas estaban encadenadas, al igual que mis tobillos, al suelo.

Mel, Cow... Déjenos a solas —le ordenó... a las mujeres que riñeron contra mí.

Ambas se fueron a una puerta y la cerraron.

Finalmente despierta, Srta. Girers. Me había preocupado de que mis secuaces me hayan obedecido demasiado bien —dijo dándome la espalda.

Creí... que me querían muerta —comenté retadora.

Aún no. Pero para evitarlo —gira para verme a los ojos—, prométame que esos títulos no los hablará con nadie —se refería a lo de "veteranas contrabandistas". Dio unos pasos hacia mí.

¡Olvídelo! ¡No me haré cómplice de SU delito! —no iba a ceder a sus peticiones.

Necesito que se cal... —no dejé que sacar un arma de su bolsillo.

¡Oblígueme! —traté de atacarlo, con la esperanza de que los eslabones fuesen débiles, pero no. Estaba preparado para mi acción.

Ah, tranquila. Sé quiénes me obedecerán —sonrió malévolamente—. Pero tendrá que colaborar.

¿Q-qué?

Empezaron los golpes, las bofetadas, rodillazos... Cada ataque sin piedad.

Tenía ganas de llorar por estar indefensa.

Se supone que soy fuerte. Una guerrera, o lo era hasta ese puñetazo en la nuca que me hizo entrar en un estado de inconsciencia.

*Fin del Flashback*

Verlo siendo arrestado por la policía recupero un poco de paz, además de tener a mi lado a Destiny. Me imagino la preocupación por mi ausencia.

Las patrullas se retiran, luego de tomar nuestra declaración, al igual que la multitud. Nosotros también tenemos que irnos.

Nos subimos en el auto; Destiny se sienta... ¿en el asiento trasero?

No... No me digas que... ¡No!

— Anda, Valery. No pasará nada —dice Destiny en forma de ruego.

— Destiny, ¿y si cambiamos de puesto? Me da mucho frío aquí —le propongo con tal de no estar al lado de él.

— Nadie me convence con mentiras, Valery. ¡Se queda ahí sentada! —me manda "triunfadora".

Para no discutir, le hago caso, aunque no quiero.

Francisco gira la llave que está en el contacto, encendiendo el motor y haciendo avanzar el auto.

— ¿Cuál es nuestra próxima parada? —consulta Francisco con las manos en el volante.

— Deberíamos ir a la clínica para que te desinfecten las heridas y para tratar los moretones de Valery —sugiere Destiny—. Mientras tanto —cruza sus piernas—, ¿algo que compartir?

Estás intentando que Francisco y yo conversemos, ¿verdad?

— Yo me iré a dormir un ratito. Me avisan cuando lleguemos —bosteza MUY fingidamente y se acomoda en los asientos para "dormir".

Acta del Veredicto (EN PAUSA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora