Masaki y Phoe son hermanos de diferentes madres, sin embargo tienen la misma edad. Mientras que Phoe fue vendido al Sector Quinto, Masaki lo botaron a un orfanato.
Ambos hermanos son totalmente opuestos, tanto físico como en mente. Por un lado tenem...
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◦•●◉🌸 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞𝐧𝐚𝐦𝐢𝐫𝐧𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐬𝐥𝐚 🌸◉●•◦
La mañana siguiente llegó, Tenma y Nishizono estaban hechando una carrera por las escaleras mientras llevaban leña cuando de repente, una sirena empezó a sonar.
—¿Qué es eso? —preguntó Ichino sacando su cabeza de una ventana.
—Capitán... —llamó Tenma.
—Una alarma... —dijo el nombrado algo extrañado.
—Sin duda es el Sector Quinto —murmuró Endou.
—Endou Mamoru y los estúpidos chicos del Raimon, escuchadme bien. Dentro de tres días se llevará un partido especial entre vosotros y un equipo oficial del Sector Quinto. El lugar, será el Estadio Santuario, en el centro de la isla —. La voz del hombre llamado Kibayama sonaba por los altavoces.
—Tal y como decía el entrenador Endou... —comentó Tenma.
—No olvidéis que tenemos rehenes. De modo que no podéis negaros al partido. Hasta pronto...
—Grr... Qué cobardes —gruñó Shindou enojado.
—¡Chicos, escuchadme bien! —llamó Endou—. Si quieren desafiarnos a un partido, ¡entonces jugaremos contra ellos de cabeza!
—¿Eh? —. Muchos no entendieron lo que les había dicho su entrenador.
—¿Cómo que de cabeza? —le preguntó Kurumada.
—Pero... ¿Tenemos alguna oportunodad de ganar? —quiso saber Masaki.
—¿Es que os habéis olvidado? —preguntó él como respuesta—. Recordad todos los obstáculos que habéis superado. Nosotros siempre jugamos para ganar. ¡Ayer, hoy y siempre! ¡Eso es todo!
Las palabras de Endou motivaron a todos y no era menos de ese loco del fútbol que animara a todos para jugar a ese deporte que todos los presentes amaban.
—¡Hoy mismo empezaremos a entrenarnos! —gritó emocionado—. ¡En marcha!
—¡Sí! —respondieron los chicos igual de motivados que su entrenador.
Lo que no sabían ellos era que dos personas se encontraban espiándolos detrás de la vegetación.
—Estos chicos están llenos de energía, ¿eh? —comentó una de ellas.
—Pues claro, si no, no se llamarían jugadores del Raimon —le respondió la otra—. En fin, ya sabes lo que tienes que hacer.
—Sí. ¿Qué harás tú?
—Pues mirar, obviamemte, ya sabes que simplemente soy una recogepelotas.
