Capítulo 19.

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Hay sentimientos que no se pueden negar.

Robin

El padre de Khail era mucho más agradable de lo que yo me imaginaba, tenía muchas historias por contar, anécdotas de su juventud y un sin fin de horas y horas de historias que servirían como para un libro. Era un buen hombre que amaba a su hijo y se sentía orgulloso de él, no dudaba en decirlo y repetirlo cada que podía hacerlo.

Khail no sabía como decirle a su padre lo que el mío le había pedido y yo entendía que así fuera ya que por muchos años él se hizo cargo del negocio de su padre. No quería dejarlo solo ya que el pobre hombre había quedado malherido en la última emboscada que tuvo y esto había dejado secuelas en él.

-Me gusta dormir contigo, rubia -Khail estaba en medio de mis piernas, con solo unos boxers puestos y a mi disposición, a mi total disposición, tal como me gustaba.

-Y a mí me gusta despertar a tu lado, ruso -una dulce sonrisa se dibujó en sus labios.

Con sus dedos jugaba con un mechón de mi cabello, mientras su barbilla estaba apoyada en mis senos desnudos. Habíamos pasado la noche juntos y amaba esto, amaba lo que estaba surgiendo entre nosotros pero aún así tenía miedo por lo que pudiera pasar más adelante.

-Mañana regresamos a casa y no le has dicho a tu padre lo que se supone le tenías que decir.

-Hoy mismo le digo, lyubov.

Escucharlo decir estas palabras solo reafirman lo que sentía por él.

Cogí sus mejillas entre mis manos y deje un beso sobre sus labios. Khail era atractivo y encantador, con esos enigmáticos ojos azules, su cabello rubio oscuro y ese rostro que tanto me gustaba mirar, no era el típico mafioso ruso que daba miedo tan solo verlo, no, Khail tenía un rostro de ángel y una bonita sonrisa que te mostraba lo que era bueno en verdad.

-¿Crees que lo nuestro funcione? -le pregunté de repente.

-Puede funcionar si nos lo proponemos. Tú me gustas y yo te gusto.

-No solo se trata de gustar, Khail. Nuestras vidas no son como las demás parejas, vivimos rodeados de peligro y muertes, matamos para sobrevivir y hacemos cosas malas.

-Tus padres siguen juntos después de tantos años -levantó su mirada hacia mí.

-Pero mi madre no era como yo. Ella era todo lo contrario a lo que yo soy, era una mujer buena que tenía que trabajar para ayudar a sus hermanas. Nunca en los años que lleva con mi padre ha usado un arma ni ha matado a nadie.

-¿Y eso te da miedo? -asentí lentamente.

-Me da miedo que todo esto te aleje de mí.

-Lyubov -cogió mi barbilla con dos de sus dedos y me hizo mirarlo a los ojos -. Esto que siento contigo no lo había sentido con nadie más, me haces estremecer de la cabeza a los pies, me siento vivo a tu lado, siento que puedo con todo y me siento feliz con verte, solo eso, solo eso necesito para ser feliz, verte todos los días.

-Eres un romántico -apreté sus mejillas con mis dedos.

-Tú sacas mi lado más cursi -no dude en besar sus labios y probarlos una vez más.

-Quiero estar contigo, Khail, solo contigo -murmuré sobre sus labios sin soltar su rostro.

-Y yo quiero estar contigo, lyubov.

Antes de poder decir nada unos golpes en la puerta nos hicieron voltear.

-¿Sí?

-Mikhail -ese era Lenin -. Allá abajo está Mila, quiere verte.

Atracción Fatal II (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora