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Narra Erika

Esto era tardado, aunque no lo esperaba corto de todas maneras. Max se puso a investigar en una computadora al igual que Nicolás, Cristina estaba por ahí tratando de tener tranquilidad y Sam estaba recorriendo la casa, yo por otro lado estaba viendo las cámaras por si acaso.

Lo único que sabíamos hasta ahora es que Alana estaba desaparecida pero no podíamos bajar la guardia. Nunca.

Vi por las cámaras de seguridad y vi en un momento que un tipo pasó. Yo me alerte, esperaba esto desde hace un buen rato, era un chico no se quien pero eso importaba muy poco. Nadie estaba desocupado así que baje yo, fui con unas llaves nada más, a estas alturas agarraria unas esposas o una cuerda pero no tenía, solo tenía un arma y las llaves de mi jeep.

Baje, ya era de tarde, empezaba a oscurecer, perfecto me gustaba la noche. Salí de la casa y fui hasta enfrente y fingi volver a la casa, para cuando volví un chico me tomó del brazo y de cintura impidiendo e mover.

- ¿Tan tarde sola linda? ¿Porqué no me abres? -dijo el chico, que ingenuo su cree que no me se defender.

- ¿Quién eres tú? -el no me respondió solo sonrió mientras me quiso llevar a otro lugar.

Yo me solté de él, le di un golpe en la cara, el tipo se levantó y le di una patada en el estómago haciéndolo caer de nuevo, lo levante y puse su brazo atrás haciendo una llave y puse mis llaves peligrosamente cerca de su cuello.

- Un movimiento más niño y te corto -dije cuando forcejeo para que lo soltara- ven conmigo si no quieres otra patada -lo obligue a caminar hasta ir dentro de la casa.

Al pasar, uno por uno se dieron cuenta del tipo al que llevaba en contra de su voluntad.

- Encontré un intruso, ¿donde lo dejó? -lo senté en una silla, lo apunte con mi arma por si pensaba en escapar.

Todos me miraban sorprendidos. Me volví al chico.

- Te lo voy a preguntar una vez más y más vale que me contestes, ¿Quién eres tú?

- Soy Adam.

- ¿Quién te mando? -pregunté yo, no contestó- ¿No piensas hablar por las buenas? ¿Qué tal por las malas? ¿Quieres jugar así? -en eso Cristina me tomo del brazo y me jalo hacia ella- ya vuelvo contigo niño.

Fui adonde estaban, fuimos al cuarto.

- ¿Qué? -dije aburrida.

- ¿Qué crees que haces? -dijo Cristina asustada.

- ¿Interrogarlo y posiblemente torturar lo si no quiere hablar?

- Estas loca -dijo Cristina y vio a los demás.

- No hay que torturar a nadie -dijo Max.

- ¿Sugieres esperar a que quiera hablar? -lo reto Sam, Max la vio confundido- si queremos que hable habrá que obligarlo.

- ¿Insinuas usar la violencia para hacerlo hablar?

- ¿Qué creías qué le haríamos cosquillas? -dije yo.

- Ese hombre podría ser enviado por Alana, y si lo es obviamente no dirá nada -dijo Nicolás.

- ¿Y que sugieres hacer? -dijo Sam.

Oímos un grito afuera.

- ¡Max!

Narra Max

¿Pero que ha pasado?

Salí casi corriendo de casa, lo vi, me le tire encima para que ya no gritara. Me alegraba verlo pero era importante que nadie supiera que estaba aquí.

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