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Narra Alex

- Muy bien, ¿estan todos listos? -dije viendo a todos, había reunido a todos en la cafetería, ibamos a desayunar y luego nos iremos de aquí.

Ya que eramos muchos juntamos varias mesas. Estabamos seis en total, bueno ocho contando a los mellizos en total. Eramos Cristina, Nicolás quien vino hace poco, Thomas, Sebas, Max, Chris, Megan y yo.

El plan era que Nicolás se llevara a Cristina a su casa y que no la dejara sola por si acaso, Thomas y Seb irían a Florida junto con Max, Chris, Meg y yo, ya que Thomas iría a ver a Jack y Seb iría a ver a Mia, en cambio Max y yo iriamos a ver a Sam y pues los mellizos venían con nosotros ya que no los dejaría con Cristina ni con Nicolás ya que debían estar con su mamá, osea yo.

- Muy bien, muevanse -dije yo mientras tomaba a Chris y a Meg, Max me veía emocionado- ya saben lo que haran, hagan lo que hagan se mantendrán en contacto conmigo con estos -les di unos teléfonos viejos- son de emergencia, solo son para llamadas y mensajes, si algo sale mal escribanme X, ¿entienden?

- ¿No estás exagerando? -pregunto Sebas, todos lo vimos serios pero Cristina contesto.

- No sabes de lo que ella es capaz chico, me dejo en el hospital muchas veces, dos de ellas fue porque me enveneno, me hubiera gustado contarle a alguien pero estuve bajo amenaza toda mi vida -dijo Cristina y Sebas tomo el teléfono viejo.

- ¿Qué harás si vez la X? -dijo Sebas viéndome.

- Lo que sea necesario, no me subestimes por ser madre de estos mellizos -dije viéndolo.

- Si, no la subestimes -dijo Max.

- No sabes lo que hace si se enoja -dijo Cristina.

Max me vio confundido.

- Bueno, ya -dije yo- ¿saben que hacer o se los escribo en el brazo?

- Me llevare a Cristina y no la dejaré sola, estaremos en mi casa ya que nadie sospecha de mi -dijo Nicolás.

- Bien. Max, Thomas, Seb, ¿estan listos? -ellos asintieron en saludo militar- Max ¿llevas todo lo de Megan? -Max me volvió a ver asustado y regreso corriendo al cuarto en donde estuvimos, dio risa.

Narra Peter

Estaba llegando a Miami.

Alana me estaba esperando.

Desde ayer.

- Ahí estas, por fin Peter -dijo Alana en cuanto entre a su casita.

- Alana -dije yo en modo saludo aburrido.

- No podía mandarte en avión así que te envié en auto, ¿según tu en que me vine yo?

- Apuesto a que usaste tu yet privado.

- Esas son cosas del pasado, pero sí, use mi yet privado, pero descuida, lo envie a Canada, hay que disfrutar, luego vamos a desaparecer por poco tiempo.

- ¿Piensas volver a desaparecer, pero ahora yo también?

- Mira, estas en la mira de mi madre, si quieres ser su proximo blanco lo único que puedes hacer es desaparecer y cruzar los dedos, yo lo haré hay ve tu si lo haces.

- ¿Donde estaremos? -pregunte dudoso ya que nunca supe donde estaba escondida.

- En el ultimo lugar que te imaginas.

- ¿Hawaii? -se giro a verme ofendida.

- ¿Crees que me ocultaba en Hawaii una de las islas más conocidas? Sabes, me haces dudar de tu coeficiencia intelectual a veces.

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