Con una piel pálida y tersa en contraste con su negro cabello, ojos oscuros y misteriosos, altura envidiable, cejas pronunciadas y cuerpo atlético, Oh SeHun era considerado un hombre apuesto y deseable por cualquiera que lo observara. Sin importar a dónde fuera, tanto hombres como mujeres volteaban a verlo y le coqueteaban sin reparos ni vergüenza.
Por ello el rechazo de LuHan, el hermoso pelirrosa con quien se había ilusionado, le era tan difícil de asimilar.
Estaba acostumbrado a las rupturas y a las citas malas que rompían con la magia de cualquier coqueteo inicial, había tenido suficientes salidas con personas apegadas, algo obsesivas e incluso aburridas a quienes tuvo que alejar; una separación más no debería afectarle.
Excepto que esta era la primera vez que él era el desechado.
Con un suave jadeo, el pelinegro dejó caer la cabeza sobre su mesa de dibujo. Se sentía patético.
—¿SeHun? ¿Qué haces aquí tan tarde?
El pelinegro volteó hacia el lugar de donde provenía la voz y se irguió con un suspiro al encontrarse con el semblante preocupado de su llamado Súper Jefe, quien lo observaba desde la puerta de la oficina que el más alto compartía con el resto de su equipo.
—Tuve una idea —se excusó el menor encogiéndose de hombros.
Pero JunMyeon lo conocía demasiado bien como para realmente creer que el desarrollo de una idea era lo único manteniendo a su muy engreído empleado trabajando hasta altas horas de la noche.
Le había llamado la atención, cuando salió de su propia oficina, ver el piso por completo a oscuras, excepto por la tenue luz proveniente de la oficina de su equipo favorito; pero lo que llegó a preocuparlo, fue el semblante apagado del más alto, quien se encontraba apoyado con desgano sobre su mesa de dibujo.
En los dos años que llevaba trabajando con él, había logrado conocer cada pequeño aspecto de la infantil, dulce y caprichosa personalidad del pelinegro; y no creía haberlo visto jamás tan sosegado.
—¿Qué sucede? —preguntó dejando su maletín sobre el escritorio principal y acercándose al menor.
—El jefecito sugirió que hagamos tres propagandas, una para cada versión del perfume y una tercera donde las presentemos juntas —comentó el pelinegro ignorando la verdadera pregunta del mayor y extendiéndole los dibujos que había estado haciendo.
JunMyeon suspiró y se sentó a lado del más alto siguiéndole la corriente.
—Quiero presentar la más clara en un bosque oscuro, misterioso pero también mágico —le pasó el resto de sus dibujos—, como si fuera la luz dentro de toda la penumbra.
El mayor asintió nuevamente emocionado con las grandes ideas que ese equipo solía presentarle.
—¿Y la oscura? —cuestionó interesado, SeHun negó y se encogió de hombros.
—Aún no sé —suspiró y volvió a juntar cada uno de sus bocetos.
—Me parece una muy buena idea —comentó el apodado Súper Jefe sacudiendo levemente el cabello del pelinegro, quien cerró los ojos y volvió a suspirar.
—Hyung, necesito consuelo —declaró levantando la mirada y enfocándola en la del más bajo.
Kim no supo qué hacer, ¿debía abrazarlo? ¿Darle palmadas en la espalda? La emoción al pensar que podría tocarlo lo estremeció haciéndolo vibrar. Pero debía controlarse; era su jefe, por todos los cielos. No podía estar temblando como colegial enamorado solo porque el joven delante suyo fuera quizá la persona más hermosa que haya visto nunca, o porque haya deseado acercarse a él desde que se reencontraron. Primero, no era ético; y segundo... SeHun no lo quería.
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Boceto de Sonrisas [SeHo] (Memorias 2)
Romance2do libro de la serie Memorias: JunMyeon ama consentir a SeHun aunque no sea correspondido. SeHun quiere proteger a JunMyeon aunque no sepa qué lo lastima. Cuando la verdad se presente, ¿podrán alejarse y salvar su amistad o cederán ante sus deseos...