Capítulo diez

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JongIn era un desastre de grandes proporciones. Había regresado a la oficina hace un par de semanas, pero casi parecía que no estuviera ahí; se la pasaba sentado en su escritorio mirando a un punto vacío, deambulando por el piso sin dirección aparente, o llorando en el baño y asustando a medio mundo como si fuera un alma en pena.

Los primeros días, SeHun intentó acompañarlo, escucharlo y apoyarlo lo más que pudo; pero el moreno no parecía querer mejorar, por lo que su siguiente movimiento fue aprovechar la información confidencial que BaekHyun le había facilitado, para darle a su jefe de equipo el empujón que necesitaba.

—Ve a verlo, pídele disculpas e intenta recuperarlo —lo animó; pero el moreno se limitó a limpiar sus húmedas mejillas y negarse.

—Es que... no sé dónde encontrarlo —declaró con un puchero que enterneció al menor.

—Para eso estoy yo, amigo —le dijo alzando una ceja y sonriendo de lado.

SeHun sacó de su bolsillo un elegante folleto que tenía escrito en letra grácil: "Do KyungSoo", e invitando al público a asistir a la exposición de esa misma noche, donde mostraría cada una de las fotografías en las que Cromo se había inspirado a modo de publicidad extra para la publicación del nuevo libro que se daría en un par de días.

—Ve, él tiene que estar ahí sí o sí —insistió el menor disfrutando de la tenue oleada de vida surcando el rostro de su querido amigo.

—Pero, ¿y el jefe? Se supone que no debo irme antes de terminar la propuesta del collar de Cartier que me pidió redactar —lloriqueó JongIn, ansioso.

SeHun rodó los ojos y sacudió su mano quitándole importancia.

—No te preocupes por eso, de JunMyeon me encargo yo —prometió tranquilamente.

El moreno abrió los ojos con sorpresa ante el comportamiento del pelinegro, quien estaba siendo aún más engreído que de costumbre.

—¿Desde cuándo el jefe es solo "JunMyeon"? —preguntó levantando una ceja; el pálido sonrió divertido y se encogió de hombros.

—Es una larga historia, pero ya te la contaré otro día —arregló la corbata de su amigo—. Ahora lo más importante es que vayas y recuperes al amor de tu vida.

El moreno cerró los ojos ante las palabras de su amigo y sonrió por lo bien que sonaba la posibilidad de realmente recuperar a KyungSoo. El menor sacudió el cabello del moreno y le regaló una sonrisa amplia y cariñosa.

—Ve por él, Nini. —instó con orgullo.

—Gracias, SeHun, por todo. —Lo abrazó y tomó su abrigo para luego salir corriendo de la oficina.

El más alto suspiró sintiéndose todo un cupido por ayudar a su amigo, y sonrió entusiasmado por lo que tenía planeado para esa noche. Ya era hora de que BaekHyun y él formalizaran lo que tenían, o al menos avanzaran en cuanto a su relación, la cual hasta ese momento había sido bastante carnal; pero obviamente aquello no era suficiente para el menor.

Tras avisarle a JunMyeon que sería él quien se encargaría del proyecto que JongIn había mencionado, y comentarle su travesura al dejar que su jefe de equipo saliera corriendo en busca de su querido fotógrafo, el artista regresó a su oficina y se concentró en su trabajo hasta que fuera hora de salir e ir a su cita con el rubio manager de Cromo.








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El hotel donde se estaba dando la exposición era grande y lujoso, perfecto para la clase de difusión que necesitaba el libro tras toda la maraña de escándalos que había seguido al novelista durante el último mes. BaekHyun era un genio; con esto, los nombres de los involucrados en el falso rumor no solo quedaban limpios, sino brillantes como estrellas rebosantes de talento.

Boceto de Sonrisas [SeHo] (Memorias 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora