Capítulo veinte

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—¡Yah! Parece que fuera a soltarte un panal de abejas sobre el pene; ¿por qué pones esa cara? —se quejó SeHun al observar el semblante incómodo y temeroso de su jefe.

JunMyeon abrió los ojos y mordió su labio con expresión de disculpa, notando como el más alto se sentaba a su lado y lo examinaba detalladamente, lleno de curiosidad.

—L-Lo siento, es q-que... yo...  —El mayor rascó su cabeza sin saber cómo se tomaría el menor su respuesta.

—¿Qué? Ni que fuera tan doloroso —espetó el menor con el ceño fruncido—; ¿tanto te disgusta recibir en vez de dar? ¿O es que acaso tienes un trauma o algo así?

El pelinegro abrió los ojos como platos y sujetó los brazos de su amante con el pesar comenzando a surcar su rostro.

—Es eso, ¿cierto? Es por eso que no quisiste montarme desde el principio —atrajo al mayor hacia su pecho y lo abrazó con ímpetu —. ¡Oh, Jun! ¡Lo siento tanto! ¿Qué fue lo que te hicieron?

El heredero de Kim-miK rodó los ojos y se apartó de su empleado sin entender cómo este había podido crearse toda una dramática historia a partir de su silencio.

—Sea lo que sea que estés pensando, te equivocas —informó el mayor negando ante la mirada vidriosa y compasiva del menor.

—No tienes que decirme si no quieres, JunMyeonnie, pero tampoco te hace bien ocultarlo —mencionó SeHun acariciando el cabello de su jefe—. Debes enfrentarte a tus miedos y superar el pasado; ¿quieres que te acompañe a ver a un psicólogo?

—¿Qué? ¡No! ¡Ya te dije que...

—Tranquilo, no te preocupes, yo voy a cuidar de ti —prometió el menor volviendo a sujetar al jefe de piso contra su pecho—; voy a atrapar a quien se atrevió a lastimarte y le voy a cortar las pel...

—¡SOY VIRGEN! —Gritó el castaño cortando el discurso del más alto.

El antiguo modelo se apartó de más bajo y lo observó por un largo rato con escepticismo antes de romper en fuertes carcajadas que enfurecieron al mayor.

—Que buen chiste —comentó el pelinegro dejando un par de amistosas palmadas en la mejilla de Kim, quien volvió a rodar los ojos y apartó la mano contraria con molestia.

SeHun lo observó detenidamente incapaz de entender el porqué del mal humor de su amante.

—¿Hablas en serio? —Preguntó entonces, cediendo ante la extraña posibilidad. JunMyeon suspiró y asintió.

—He estado con mujeres toda mi vida, y las pocas veces que me acosté con un hombre fui yo quien lo... eso —hizo una mueca incómoda—. Así que sí, soy virgen.

—¡Oh por dios! —Exclamó el más alto poniéndose de pie.— ¿Ya es acaso mi cumpleaños? ¿Navidad? ¿Me voy a morir mañana? ¿Por qué estoy recibiendo tan exquisito regalo?

El menor se agazapó levemente a un lado de la cama y observó al más bajo como una deliciosa presa a la que no quería dejar escapar, antes de lanzarse sobre él y aprisionarlo con su propio peso, sonriendo ante el casi imperceptible temblor de su cena.

—Quiero comerte —declaró fijando su mirada en la de su jefe, quien se sintió estremecer ante la provocadora oferta—. Pero primero, respóndeme algo.

JunMyeon suspiró pensando en lo que su empleado querría saber: ¿Si había estado la mayoría de su vida sexual con mujeres, por qué ahora decidía estar con él? ¿Quienes eran los sujetos con los que había intimado y por qué no experimentó más con ellos? El menor podría lanzar cien interpelaciones distintas al mismo tiempo y la respuesta siempre sería la misma: Porque Kim quería a SeHun.

Boceto de Sonrisas [SeHo] (Memorias 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora