Capítulo veintiséis (Final)

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Extremadamente difícil e incluso imposible podrían ser perfectas maneras de describir la misión que se había trazado JunMyeon al intentar dar con SeHun. No solo por el hecho de no poder comunicarse con él o por no saber su dirección, ni siquiera porque la única pista que tenía fuera algo vago como el color de su edificio; sino porque en todo el bendito distrito no existía un color diferente al mencionado por el barman: beige.

¿Cómo encontrar una aguja en un pajar? Maldición, le iba a llevar la noche entera preguntar por el pelinegro en cada uno de los edificios de la zona. ¿Y si el departamento estaba a nombre de su amigo? ¿Cómo se llamaba? Kim quería llorar de impotencia al no recordar.

—Soy verdaderamente un idiota —dijo dejándose caer sobre el capó de su auto.

—Lo eres, pero eso no es nada nuevo.

El castaño volteó asustado ante la conocida voz y por un momento pensó en correr hacia el parque y ocultarse entre los árboles para no tener que enfrentarlo, pero ya se había avergonzado lo suficiente para una noche.

—¿Qué haces aquí? —Le preguntó apartando la mirada de su rostro.

—KyungSoo me llamó —informó acercándose al heredero de Kim-miK y se sentó a su lado.

—BaekHyun...

—Sí, sí, ya sé; no debo acercarme a tu precioso Hunnie.

El rubio rodó los ojos y pasó una mano por su cabello.

—Pero ya que tuviste las agallas de interrumpir a Kyung durante una sesión de salsa dura y picante para preguntar por tu hombre, decidí arriesgarme a perder el ojo y venir a ayudar —se encogió de hombros.

JunMyeon sonrió ante las exageradas palabras del que antes fue su mejor amigo y aceptó, en el fondo de su corazón, que aún lo extrañaba.

—Entonces, ¿me dirás dónde vive SeHun? —Cuestionó fijando su mirada en la del rubio, intentando decirle con los ojos todo lo que no había podido pronunciar antes de que se separaran.

BaekHyun suspiró y apartó la vista.

—Si quieres... Pero no creo que sirva de mucho, no está ahí. —Volvió a encogerse de hombros y se puso de pie para luego extender su brazo y señalar a un edificio alto, beige, de ventanas amplias y puertas oscuras, justo al centro de la cuadra.

—¿No está? —Cuestionó Kim frunciendo el ceño, el rubio negó.

—Vine para avisarle que lo estabas buscando, pero nadie responde a la puerta y el de recepción me dijo que no ha visto a SeHun en días —informó el manager de Cromo con el entrecejo arrugado—. ¿Quieres que llame a un investigador privado para que lo busque?

El castaño negó y resopló, decaído.

—Puedo reportarlo a la policía como persona desaparecida, si quieres —ofreció BaekHyun sacando su teléfono—; incluso puedo pedir ayuda a los fans de Cromo, lo buscarán por cielo y tierra si ofrezco dar una serie autografiada a quien lo encuentre.

JunMyeon levantó la mirada hacia el rostro preocupado del rubio y lo observó detalladamente.

—¿O prefieres que llame a su familia? Puedo hacerme pasar por un prestamista y amenazarlos para que me digan dónde está —sugirió abriendo los ojos con emoción—; puedo incluso modular mi voz para que no me reconozcan, escucha.

Se aclaró la garganta y sacudió su cabello.

—Annyeonghaseyo —dijo con voz aguda muy parecida a la de una señora mayor—, soy la prestamista... Kwon. ¿Está Oh SeHun? ¡Ese mocoso me debe mucho dinero! ¡Mucho! ¡Mi espalda me duele de tanto buscarlo! ¡Auch!

Boceto de Sonrisas [SeHo] (Memorias 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora