Capítulo 5: El interrogatorio policíaco

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No sé por cuanto tiempo estuve llorando pero en todo ese tiempo él no dejó de abrazarme, en sus brazos me sentía cálida, segura y protegida. No sabía porque lloraba, una gran parte era por el miedo de esa pesadilla que había acabado de vivir, pero por otra parte era de alegría, de que él me hubiera salvado, de que él estuviera cuando más lo necesitaba como siempre lo había hecho. Si él estaba conmigo no necesitaba a nadie más... me sentía completa a su lado. 

De pronto mis lágrimas se detuvieron, sentí que mi cuerpo se entumeció y que mi corazón comenzó a latir muy rápido, de un momento a otro ese abrazo tan confortable comenzó a ser más que solo eso. 

- Pequeña Gia ¿Se encuentra bien? Sentí que todo su cuerpo se puso rígido. 

Me preguntó Jeremy con preocupación, alejándome un poco para poder verme a la cara. Vi sus ojos, grandes, verdes y llenos de calma, y en ese momento me di cuenta que un sentimiento muy familiar se apoderaba de mí. 

Era mi yo de 15 años recordándome lo que sentía por él. 

Al parecer dejar ocultos esos sentimientos solo había hecho que crecieran más y más dentro de mí, era obvio que ya no me gustaba, no, ya no, ya no eran esos sentimientos inmaduros, estaba enamorada de él, de sus ojos verdes como mi crayola favorita, de su sonrisa tierna, de su cabello esponjoso como las nubes, de su voz suave, de su amabilidad, a mi mente vienieron una infinidad de recuerdos con él, desde el momento que lo conocí hasta este momento, no tenía las más mínima duda, mis sentimientos por él iban más lejos, lo amaba y lo había amado desde mi infancia, pero ojalá me hubiera dado cuenta de ello en un momento menos desastroso donde alguien no hubiera intentado terminar con mi vida. 

- ¿Pequeña Gia?

- Lo-Lo siento. 

Dije limpiándome las lágrimas. 

- No es necesario que se disculpe - sacó un Kleenex y comenzó a limpiarme las lágrimas - lo que pasó fue una completa pesadilla, puede llorar cuánto usted quiera, aquí estaré para apoyarla. 

- Disculpen podrían salir de la mansión por favor, encintaremos la propiedad para evitar el paso de personas ajenas y no contaminar la escena. 

Salimos de la mansión, afuera era un total desastre, había muchos policías, cintas amarillas y conos por todas partes.

Afortunadamente no había habido muertos ni heridos de gravedad, pero debido a que había sido una tentativa de asesinato tuvimos que desalojar para que la policía pudiera recojer pistas y fuimos llevados a comisaría para que tomaran nuestras declaraciones. 

Una vez ahí me preguntaron que fue lo que había pasado y conté con lujo de detalle lo que había vivido.

- ¿Y cómo eran los sujetos? 

Preguntó el policía.

- No-no lo recuerdo, todo fue tan rápido y confuso que no me fijé bien, solo recuerdo la mirada penetrante del chico que me disparó, sus ojos eran color miel y tenía un lunar cerca del ojo del lado derecho.

Después de largas horas el interrogatorio por fin terminó y el policía me dejó salir, fuera de la sala de interrogatorio estaba Jeremy.

- ¡Didi! 

Se quitó su chaqueta de vestir y me la puso en los hombros ¿Cómo sabía que tenía frío?

- Son las dos de la mañana, debe tener frío con ese vestido, que por cierto es muy lindo, se le ve muy bien pequeña Gia.

Bajé la cabeza, estaba apenada, parecía como si supiera que hace tan solo unas horas quería saber su opinión acerca de mi vestido.

- Pasen por aquí por favor, tienen una llamada. 

¿Y si nuestro amor nos mata? ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora