Capítulo 8: Olvidé decirle algo importante

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A pesar de que ahora estábamos en casa de Jeremy, la rutina de ambos seguía siendo la misma, me levantaba, me cambiaba y desayunaba, lo mismo hacía Jeremy pero más temprano para tener el desayuno listo para mí.

A veces me gustaría que él no fuera mi mayordomo y guardaespaldas, si no que hiciéramos esa rutina juntos, despertar y verlo dormir a mi lado, cocinar juntos e ir a la escuela juntos. Sería como un sueño, aunque claro, sabía perfectamente que si él no trabajara para mi familia difícilmente nos veríamos, sabía que me quería y que me tenía mucha estima, pero no sabía de qué forma, ya que el viernes salvó mi vida, el sábado me dijo que era como alguien de su familia y el domingo casi nos besamos ¿Me quería como parte de su trabajo, como a un familiar o como algo más? Es decir, nadie te intenta besar por que no le gustas ¿O sí? Bueno, él era seis años mayor que yo, seguramente estaba mucho más experimentado que yo en eso, y un beso no significaba nada para él, todo lo contrario a mí, ya que sería mi primer beso ¿Por qué Jeremy querría besar a una chica primeriza?

- Apenas son las siete de la mañana y ya tengo pensamientos desalentadores. 

Me dije a mí misma mientras salía de la habitación y me dirigía a la cocina, ahí estaba él, con el desayuno servido y luciendo perfecto como siempre. 

- Buenos días señorita Gia, se ve hermosa el día de hoy, como siempre.

Saludó con esa suave voz y esa cálida y tierna sonrisa que tenía, era verdad, no importaba de qué manera me viera Jeremy, yo lo seguía amando sin importar qué ya que a su lado era muy feliz, y mientras siempre me sonriera y me tratara cálidamente eso iba a estar bien para mí. 

- ¡Buenos días! Tú también te ves muy bien hoy.

- No mejor que usted.

Comenzamos a desayunar, y al poco rato salimos de su casa, nos subimos al auto y me llevó a la universidad. Era la primera vez que lo hacía, generalmente tenía un chófer, pero debido a la tentativa de asesinato, Jeremy se encargaría de mi transporte también, era parte de su trabajo como guardaespaldas.

- No tenías porque acompañarme hasta la entrada. 

Dije mientras caminábamos a la universidad, estábamos a unos cuantos metros de la entrada. 

- Claro que sí, es mi trabajo y sería muy poco caballeroso de mi parte si no lo hiciera, además...

- ¡Hey, Jeremy! 

Gritó un chico que venía hacia nosotros. 

- ¡Paolo! ¿Qué tal amigo? ¿Cómo estás?

- ¡Mírate nada más! Bajaste mucho de peso, ¡Luces excelente! Oí que te fuiste de vacaciones a Santorini

¿Paolo? ¿Por qué saludaba a Jeremy? Él era el vicepresidente del consejo estudiantil, y amigo mío, lo conocí de varias fiestas en la escuela media. 

- ¿Se conocen? 

Pregunté. 

- ¡Oh! Lo siento Gia, buenos días, no te había visto, sí, así es, somos amigos y compañeros de clase. 

- ¿Com-compañeros de clase?

Pregunté tartamudeando. 

- ¡Paolo! 

Gritaron unas chicas detrás de él. 

- ¡Oh! Lo siento me tengo que ir, ¡Nos vemos después!

Paolo se fue corriendo y me le quedé viendo a Jeremy. 

- Cierto, señorita Gia, olvidé decirle algo importante... estamos en la misma universidad.

- ¡¿Qué?! Pero, pero ¡Tú eres más grande que yo!

¿Y si nuestro amor nos mata? ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora