Capítulo 2: La Prima Sidney.

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Año 2000:

Eran aproximadamente las 2:30 A.M. Jill despertó tras escuchar voces en el piso de abajo. Se dispuso a bajar y entonces la vió frente a sus ojos, no parecía la chica que había visto en televisión o en algunos periódicos, se la notaba adormecida mientras comía unos sándwiches acompañada de su madre.

A paso lento, Jill se le acercaba cada vez más hasta que ambas primas cruzaron miradas. La pequeña comenzó a sonreír y se fue rápidamente a abrazar a su familiar.

—Qué grande estás, Jill. La última vez que te ví eras una niña de 2 añitos —dijo Sidney alegre.

—Me alegra conocerte, te he visto en televisión, en revistas y periódicos. Mi madre no deja de hablar de como eres una heroína famosa —respondió emocionada Jill.

Kate solo se rió y dejó a ambas primas hablando mientras ella iba a acomodar la habitación de invitados para Sidney.

Jill le dijo a Sidney que tal vez cuando ella creciera sería igual de famosa y que competirían entre ellas, a lo que Sidney solo se rió, para luego preguntarle a su prima en qué le gustaría ser famosa.

—Pues me gustaría ser igual de heroica que tú —contestó con ilusión.

Sidney se quedó en silencio mientras a su mente le llegaban recuerdos de cómo le había ido en la vida desde aquellos trágicos sucesos años atrás. En medio del silencio, Jill le preguntó a su prima:

—¿Qué se siente ser una heroína, prima Sidney?

—Honestamente, espero que no te toque descubrirlo por ti misma —respondió con un tono melancólico.

Ocurrió un silencio incómodo, el cual pronto fue interrumpido cuando Kate le avisó a Sidney que su habitación ya estaba lista.

Sidney les dió las buenas noches a sus familiares y se dirigió a dormir. Mientras tanto, Jill se quedó pensando sobre lo que le acababa de decir su prima, pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su madre le habló.

—Jill, ya vete a acostar, mañana tienes clases.

—Ya sé, mamá —replicó de mala gana.

La niña subió. Cuando se hallaba pasando por el pasillo, abrió silenciosamente la puerta del cuarto de invitados. Ahí vió a su prima durmiendo, mientras murmuraba como quisiera ser como ella. Cerró la puerta para luego dirigirse a su cuarto y volver a la cama.

-

Al día siguiente:

El reloj de la cocina marcaba las 7:10 A.M. Jill estaba desayunando unos cereales, y en eso, observó a su prima bajar por las escaleras. Sid les dió los buenos días y empezó a agarrar sus pertenencias para irse. Kate le preguntó a su sobrina si no iba a desayunar antes de irse, a lo que Sidney le respondió que desayunará en el camino o cuando llegue a su destino, ya que tenía que ir urgente a Hollywood.

—¿Filmarás una película? —preguntó ingenuamente Jill.

Sidney se río y le dijo que no, tenía que hacer algo de vida o muerte. Luego volteó la mirada a su tía, esta al rato captó el mensaje, y se dispuso a regalarle un fuerte abrazo a su sobrina.

—Ten mucho cuidado, Sid —le susurró Kate en el oído.

Sidney le dió un beso en la frente a Jill y se despidió de ambas familiares. Salió de la casa y continuó su destino.

Jill le preguntó a su madre a qué se refería con "vida o muerte". Su madre le respondió que es porque sabía que su sobrina estaba a punto de hacer un bien. La pequeña solo se quedó mirando a su madre, para después mirar por la ventana a su prima yéndose.

-

Unos Días Después:

Jill estaba en una mesa dibujando una flor, una bien detallada y bonita para ser un dibujo de una niña de solo 7 años.

Su madre estaba cerca en un mueble viendo la televisión. Mientras cambiaba de canales se topó con las noticias, las cuales afirmaban como Sidney Prescott junto con compañía vencieron al tercer Ghostface en la Mansión Milton, en Hollywood. En esto, Kate le avisó a su hija. La niña estaba tan concentrada en el dibujo que no oyó nada de lo que decían las noticias. Sin embargo, al oír a su madre volteó rápidamente la mirada a la TV, ahí apreció a Sidney, dando declaraciones junto con otras tres personas. Kate empezaba a tirarle flores a Sidney.

—Que linda muchacha, nunca mereció que le pasarán todas esas horribles cosas.

Jill mientras oía todo eso volvió su atención al dibujo para continuarlo; pero su madre seguía con el tema de Sidney, cosa que la esta empezando a desconcentrar.

—Al menos aún tiene a su padre, pero si alguna desgracia le hubiera pasado a él también, con gusto la hubiera adoptado —soltó Kate.

Tras oír todo eso, Jill sin querer y en su desconcentración rayó su dibujo, arruinándolo, de más estaba decir que esto la estresó bastante.

—Probablemente se hubieran llevado bien como hermanas ella y tú —comentó sonriendo—. ¿Cómo te va en el dibujo, querida?

—Está quedando muy bien, mamá —mintió.

Luego, la niña comenzó a apretar fuertemente el lápiz hasta romperlo, para luego mirar a Sidney en la televisión con una cara muy particular, una de desprecio...

Jill: La Historia de "La Nueva Sidney" (SCREAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora