Capítulo 18: La Maratón (Parte 1)

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Kirby fue aparcando en el estacionamiento al mismo tiempo que visualizaba el lugar de la reunión.

—La casa abandonada de Stu Macher —silbó.

—No sé en qué estaban pensando esos dos locos al querer hacer la maratón aquí —comentó Olivia a la par que bajaba del vehículo—. Es decir, miren, es aterrador.

—Ese es el chiste —expresó Jill—. Parece que aún no ha llegado tanta gente.

—Vinimos algo temprano, esa es la cosa —Kirby chequeó la hora en su celular— Apenas son las 6:46.

En otro lado, se encontraba Charlie conectando el proyector, mientras que frente a él se hallaba Robbie junto a otras dos personas colocando una enorme sabana blanca en la parte trasera de la casa, la cual era la más plana, perfecta para ser la zona de proyección.

—¡A ver, Charlie, haz la prueba! —gritó Robbie.

Su melenudo amigo procedió a encender el proyector de vídeo, mostrando frente a él una imagen de la máscara de Ghostface.

—Perfecto —dijo emocionado.

Se acercaron las tres chicas mirando esa proyección.

—Wow, estos niños lo lograron —dijo Kirby asombrada.

Charlie giró a su izquierda y vió a las tres chicas observando.

—¡Kirby, Olivia y Jill! —nombró en voz alta, caminando hasta ellas— Las tres inseparables han llegado, algo temprano, pero lo hicieron.

—Es increíble que lo hayan logrado —comentó Jill.

Se vió llegar una camioneta verde oscura al estacionamiento.

—Vaya, ¿quienes serán? —se preguntó Charlie mirando el vehículo.

De la camioneta bajó Victor, acompañado de Trevor.

—Parece que te trajeron un regalito —susurró Olivia al oído de Jill, lo que provocó que esta ultima sonriera.

Victor abrió el maletero de la camioneta y junto a Trevor sacaron un barril de cerveza.

—Ahora sí que se va a poner buena la cosa —dijo Charlie.

—Hola — saludaron ambos muchachos mientras dejaban el barril en el suelo—. Aún hay otro en la camioneta —mencionó Trevor— Iremos por él —se dirigieron de vuelta al vehículo.

—Bien, ¿quieren un trago? —ofreció alegre Charlie.

Jill y Kirby aceptaron, excepto Olivia.

—¡Richard! —llamó a su amigo para que lo ayudará con el barril.

Al llegar, cargó junto a Charlie el barril hasta la zona de bebidas, dejándolo sobre una mesa.

Tras soltar tremendo peso, Richard suspiró, para luego observar detenidamente a su amigo.

—Veo que copiaste mi estilo de cabello —aludió en tono bromista.

—Tal vez un poco —río— ¿Trajiste lo que te pedí? —susurró.

El otro chico asintió y sacó del bolsillo una pequeña bolsa.

—Polvo de ángel del bueno, hermano.

—Excelente. Mira, este es el plan, ¿ves a esas dos chicas de allá? —señaló con disimulo a Jill y Kirby— A ellas dos les vas a dar vasos con cerveza. ¿Ves a la de cabello rubio corto? Bueno, a ella quiero que le des la cerveza con esa sustancia que trajiste.

—De verdad que estás desesperado por ella, ¿no?

—No estoy desesperado, solo... Ay, solo haz lo que te dije, por favor —le suplicó Charlie.

Jill: La Historia de "La Nueva Sidney" (SCREAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora