Capítulo 12: Feliz Día de San Valentín.

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Había llegado el 14 de febrero, día del amor y la amistad, lo que significaba que en una escuela como la de Woodsboro hubieran pancartas, corazones, abrazos y más cosas que conocemos de esta fecha entre estudiantes.

Jill estaba sacando libros del casillero para meterlos en su mochila, sin embargo, cerca suyo había una pareja besándose apasionadamente, apoyados sobre los casilleros. Ella los miraba mientras continuaba metiendo sus libros en la mochila, pero por desgracia y no prestar atención a lo que hacía, dejó caer tontamente los libros al suelo.

—Maldición, pero que idiota —se dijo así misma.

Charlie apareció y se dirigió a ayudar a su amiga recogiendo sus cosas.

—Gracias, Charlie —dijo mientras tomaba sus libros y los metía en su mochila.

—Entonces... ¿San Valentín, eh? —expresó su amigo.

—Sí, y que lo digas —respondió con ojos blancos mientras caminaban por los pasillos.

—Parece que somos el grupo de solteros nosotros. Nadie tiene pareja —comentó entre risas.

—La única con novio es Olivia, y el chico ni siquiera es de esta escuela. Pero, hey, es día del amor y la "amistad".

—Sí... pero creo que eso de la amistad es para aquellos que caen en la Friendzone —ambos se rieron.

—Se te ve bien el cabello largo, Charlie.

—Gracias, intento cumplir mi sueño de tener una melena sexy, pero aún me falta bastante.

—Eres divertido —lo miró a la par que caminaba— ¿Cómo es que nunca te hiciste notar las primeras semanas que llegaste a la escuela? Te la pasabas solo y casi no hablabas con los demás.

—No es fácil llegar a una escuela nueva siendo un chico algo... como yo —se metió las manos en los bolsillos—. Aunque tampoco es como si tuviera tantas opciones...

De repente, Jill se detuvo al ver frente a ella a su compañera Jenny hablando con Trevor. Ambos parecían alegres hablando entre sí.

Charlie se detuvo al ver que Jill ya no caminaba con él, y retrocedió hasta ella.

—¿Qué sucede, J? —preguntó confundido observándola.

—Oh, nada —contestó rápido volviendo a la realidad—. Es solo esa chica, Jenny Randall —señaló con la mirada.

—¿Qué pasa con ella?

—La odia —contestó sorpresivamente Robbie detrás de sus amigos.

—¡Robbie, me asustaste! —exclamó Jill y le dió un golpe en un brazo a su amigo.

—Ouch. Oye, cálmate —dijo Robbie.

—¿Y de qué viene ese odio? —indagó  Charlie, anticipando una respuesta.

—No es nada —dijo Jill tratando de que olvidaran el tema.

—Viene desde el preescolar. En preescolar estábamos Jill, Jenny y yo. Un día hicieron una reunión de disfraces y en la competencia Jenny le ganó en mejor disfraz a Jill —explicó en breve Robbie—. Desde ese entonces no le agrada mucho Jenny.

—No jodas, ¿y solo por eso la odias? —preguntó Charlie.

—No es tan sencillo como lo explicó este baboso —contestó cruzando sus brazos.

—Y hay que recalcar que Jenny es de las más populares en la clase. Eso no ayuda mucho ¿no? —musitó con sarcasmo Robbie.

Los tres miraron al frente y notaron que Trevor y Jenny estaban acercándose entre sí cada vez más.

—¿Creen que Cupido les disparó una flecha a esos dos? —comentó Charlie viendo la escena.

Jill lo miró reojo, para luego volver su mirada a Jenny y Trevor; los dos se acercaron y se besaron.

—Parece que sí —contestó estupefacto Robbie.

Al ver al ver a esa idiota besando al chico que ella estaba interesada, Jill empezó a apretar fuertemente una de las agarraderas de su mochila. Sentía  que algo dentro de ella se partía. En eso, comenzó a sentir como si esa fortaleza para evitar la llegada de las lágrimas empezará a fallar.

La chica se giró de manera brusca y se fue rápidamente de ahí sin dar explicaciones a sus dos amigos.

Entró al baño de chicas, el cual para su fortuna estaba vacío. En ese momento, comenzó a llorar por lo que acabó de presenciar. Su oportunidad con el chico que le gustaba se había acabado.

—Trevor —nombró sollozando. Metió su mano en el bolsillo y sacó la carta que le escribió la noche anterior. Enfurecida, arruga la hoja y la avienta en el pote de basura—. Esa maldita Jenny —refunfuñó apretando con fuerza su puño.

Se volteó hacia el espejo, y con un ataque de rabia lanzó un puñetazo contra este, rompiéndolo y lastimándole la mano derecha. La sangre no esperó nada para emerger, mientras ella solo gritaba del dolor, con varios trozos de vidrios clavados en su ensangrentada mano.

-

Más tarde en clases de Ingles, Jill entró al salón y se sentó. No podía evitar ver su mano vendada, aún le dolía.

Algunos minutos después, Kirby y Olivia entraron al salón y vieron a su amiga triste y vendada.

—¿Jill, qué tienes? ¿Y qué te pasó en la mano? —preguntó preocupada Olivia.

—Estoy bien, solo me caí —contestó intentando engañarlas.

—¿Pero acaso te caíste sobre clavos o algo? —cuestionó Kirby.

Al final, Jill tragó saliva y se quedó un momento en silencio. Luego, miró fijamente a sus dos amigas.

—Tuve un ataque de ira y rompí el espejo del baño de un puñetazo —replicó.

—¿Tú, ataque de de ira? ¿Pero por qué?

Luego Jill vió entrando a Trevor y a Jenny, felices agarrados de las manos.

—Por aquello —les indicó con la cabeza.

Las dos chicas se voltearon y contemplaron a la pareja caminando sostenidos de la mano yendo a sentarse juntos en los últimos asientos.

—No puede ser, ¿es enserio? ¿Con Jenny? —preguntó sorprendida Kirby.

Jill asintió intentando no romper a llorar. Luego fue abrazada a los lados por sus amigas intentando consolarla, pero para ella, esa era una tarea imposible en esos momentos.

Jill: La Historia de "La Nueva Sidney" (SCREAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora