Capítulo 27: El Remake de Woodsboro (Parte 1)

182 16 35
                                    


El celular de Jill sonaba y sonaba toda la tarde con las insistentes llamadas y mensajes de Trevor. Ya cansada, ella decidió apagar el aparato y dejarlo caer sobre el escritorio de su pc, la misma en la que se encontraba revisando sus redes sociales para tratar de calmar la mente.

De pronto, un mensaje de Charlie le llegó:

"Jill, tengo malas noticias".

—"¿Qué pasa?" —le escribió ella.

—"Unos imbéciles de la escuela lo publicaron" —respondió seguido de haber mandado el link de una publicación.

Nerviosa, procedió a pulsar sobre el link que le mandó su amigo, llegando hasta un vídeo de su pelea pública con Trevor en la escuela. Ante ello, la joven abrió por completo sus ojos y se levantó bruscamente de la silla, cayendo esta directo al suelo.

—¡Maldición! —exclamó, dando un golpe sobre el escritorio.

"Creí que te gustaba ser vista, llamar la atención".

Al recordar esas viejas palabras, en su rabia, tumbó un portarretrato que se hallaba en el escritorio. Tras un suspiro, lo levantó y observó una foto de ella feliz junto a sus dos mejores amigas en lo que parecía ser un hermoso día.

Pero más temprano que tarde, una negativa reacción se apoderó de la joven, quien comenzó a apretar fuerte el portarretrato, tan solo para acto seguido dejarlo caer en el suelo, rompiéndolo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pero más temprano que tarde, una negativa reacción se apoderó de la joven, quien comenzó a apretar fuerte el portarretrato, tan solo para acto seguido dejarlo caer en el suelo, rompiéndolo.

Ella seguía suspirando descontrolada. Volvió la mirada a su pc, y en esto, se inclinó un poco para escribirle a Charlie:

—"Necesito verte, ¿estás en tu casa?"

—"Por supuesto" —respondió su amigo.

-

Más tarde ese día, en casa de Charlie:

—¿Pepsi? ¿Leche? ¿Agua? —preguntó con cortesía el muchacho a su amiga, mientras abría el refrigerador.

—Leche —contestó ella secamente—. No volveré al Cinema Club. No con el idiota de Trevor ahí —agregó, apretando su puño.

—Aquí tienes —le dió el vaso de leche y se sentó al lado de ella en el comedor—. Lamento lo que estás pasando, Jill— bajó la vista— Lo de Trevor, Olivia y... ese vídeo.

—¿Sabes? Lo peor es que desde hace tiempo algo me decía que todos mentimos, incluyendo nuestros amigos más cercanos y familiares —tomó un pequeño trago de leche—. Y por eso no vale la pena los amigos ni la familia.

—Oye, pero eso es algo como que muy precipitado, ¿no?

Jill miró con una cara muy seria a su amigo.

—¿Estás seguro de eso? Bien, entonces cuéntame, ¿acaso tu mejor amigo Robbie te contó su secreto más profundo, por ejemplo? —preguntó sin más.

Jill: La Historia de "La Nueva Sidney" (SCREAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora