Una historia entre dos almas gemelas tan inteligentes para saber reconocer sus sentimientos y diferencias, con bastante tacto para tratar de hacerlo funcionar para ambas, pero lo suficientemente desesperadas como para no perder el tiempo y enfrentar...
Me gusta ser nueva en la universidad y no recibir tanta atención por mi cumpleaños, solamente Larry y Polly se han molestado en darme obsequios hasta ahora, y a decir verdad es genial que en realidad nadie sepa lo que se celebra el día de hoy. Las palabras cálidas en esa llamada de Alex mientras me arreglaba por la mañana, fueron el incentivo perfecto para iniciar buen mi día, y parece que ella estaba más emocionada por mí, aunque en realidad yo estoy emocionada solo porque vamos a salir más tarde.
Las clases son tan comunes como siempre, y lo agradezco bastante, sobre todo porque hacen que el día pase rápido y es precisamente lo que quiero, porque esta tarde tengo planeado el mejor cumpleaños en compañía de la mejor persona que conozco, así que nada puede hacer que me retrase o que mi ánimo se hunda. Es viernes, por lo que la última clase es con Alex, así que nos deja salir unos minutos antes y nos despedimos con prisa en el estacionamiento sabiendo que nos veremos más tarde y que seguramente vamos a pasarla bastante bien juntas.
Polly sigue insistente respecto a pasar la tarde conmigo, y aunque le digo que tengo planes no quiere creerme porque no le digo con quién saldré, aún así creo que debe mantenerse al margen y respetar mi decisión y cubrirme si alguien pregunta porque todos en casa saben que estaré con ella, aunque realmente estaré con Alex. Llego a casa y ni siquiera quiero comer nada, mi estómago está tenso por la emoción y los nervios de mi cita de hoy, así que decido que es buena idea relajarme, por lo que me doy una ducha larga y aunque planeaba ir en vestido, la tarde está lluviosa y fresca, así que me decido a ir en jeans aunque nada informal. Me esmero bastante por maquillarme y lucir un poco más adulta pues sé que estar en público con ella atraerá bastante la atención, así que necesito por lo menos lucir de la edad que ahora tengo, dieciocho años que a decir verdad, es una edad sobrevalorada. Ni siquiera eres lo suficientemente grande para tener experiencia o lo suficientemente joven para no ser procesado por un delito, así que más bien es como estar en el limbo de las decisiones.
Pido un Uber y cuando está afuera esquivo cada pregunta de Cal al respecto de a dónde voy, puesto que sabe que para salir con Polly jamás voy tan arreglada, pero no pasa de ser mi hermanito molesto al que puedo ignorar siempre, así que eso es lo que hago y me marcho. El departamento de Alex aguarda por mi como luciendo de alguna forma sorpresivo e incluso con un aire de picardía que seguramente está solo en mi imaginación, y cuando bajo del auto, Alex está esperándome justo en la entrada. También lleva jeans y unas botas negras que la hacen ver increíblemente sexy. Su cabello negro reluce suelto y hondeándose con el aire sin despeinarse ni un poco. Sin duda alguna ella luce perfecta de cualquier forma.
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*Alex: -Wow...- Sonríe con un suspiro. -Te ves hermosa.-
*Piper: -Gracias... Me arreglé un poco para tí... Ya sabes, para no lucir tan niña...-
