27 - ¿Qué le puedes ofrecer tú?

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Piper•

Mis extremidades se congelan, porque ahora no sé si acabo de terminar de joder todo o no tengo ni la puta idea de lo que acaba de pasar.
Siento mi corazón latir rápido y aunque quisiera darme la vuelta y largarme de aquí, ya es demasiado tarde, además de que mis piernas no responden, y de milagro me sostienen aún de pie.
La veo sonreírme dejando su copa en la barra y se pone de pie mientras yo me quedo pasmada en el marco de la puerta.
Quisiera darle un puñetazo solo por estar aquí y luego huir esperando que con el golpe se olvide de que me ha visto, pero sé que las cosas solo empeorarían si yo hago eso.
Sus pasos parecen una tortura que extiende para hacerme sufrir con cada uno de sus acercamientos, y aunque no puedo despegar mis ojos de los suyos, la sonrisa que hay en su rostro no hace más que enfriarme de pies a cabeza.
Siento el sudor escurrir por mi nuca indicándome lo nerviosa y asustada que estoy, como un pequeño conejo atrapado bajo el faro de un furitivo cazador que no va a tener ni siquiera un poco de piedad con el.

*Zelda: -Acabas de romper mi corazón, así que no soy la única que sabe dónde está la llave de repuesto de Alex, ¿eh?- Paso saliva y no sé ni siquiera cómo reaccionar. ¿Qué hace ella aquí? ¿Por qué sabe dónde está la llave de repuesto de Alex? ¿Por eso no atendía su celular, por estar con ella? ¿Ha venido muchas veces a verla? Mi cabeza se nubla llenándose de preguntas que seguramente no van a tener respuesta, pero que me taladran una y otra vez el cráneo sin dejarme responder o al menos reaccionar de alguna forma.
Trato de regular mi respiración y junto cada gramo de fuerza en mi cuerpo para articular palabra y tras unos segundos, puedo hacerlo.

*Piper: -¿Dónde está ella?- Paso saliva y de inmediato siento que el aire se me escapa al igual que toda la fuerza que había reunido instantes atrás.

*Zelda: -Ha ido por nuestra cena, estuve a punto de responder su celular, supongo que tú eres quien le llamaba, ¿no es así?- Yo solo asiento.
Definitivamente esto está jodido y ella solo sonríe como tonta.

*Piper: -Bien, debo irme... ¿Podría decirle que pasé por aquí?-

*Zelda: -En realidad esperaba que te quedaras unos minutos al menos, tengo algunas cosas que decirte ya que has disipado mis dudas.- No sé a qué rayos se refiere, pero no quiero estar aquí y eso es lo único que sé.

*Piper: -Preferiría irme.- Digo con frialdad, pero ella no me da opción. Me toma de la mano y me arrastra al interior mientras cierra la puerta, y ese sitio que me había parecido mi refugio y en definitiva mi lugar favorito del mundo, ahora me parece una prisión en la que no resisto más estar.
Me observa bastante de cerca, y no sé si solo está siendo cínica o está un poco ebria, si es así, me alegra saber que Alex no le ha enseñado a beber vino, no como a mí.

*Zelda: -Es evidente que Alex ha querido ocultarte a capa y espada, pero yo no soy tonta y la conozco bastante bien, siempre supe que había algo entre ustedes, y ahora me queda más que claro.-

*Piper: -Que yo haya venido aquí no quiere decir nada...- Trato de defenderme de forma inútil y nerviosa alejándome de ella.

*Zelda: -No, eso es bastante cierto. Pero el que la hayas llamado "amor" en esos mensajes y el que conozcas donde esconde su llave, me deja saber que has estado aquí con ella y que tienen mucho que ver entre ustedes.- Paso saliva presa de mis acciones que ella ha descrito con precisión. Acabamos de salir de una discusión y ahora estoy volviendo a joder las cosas de alguna manera.

*Piper: -Quiero irme.-

*Zelda: -No voy a hacerte daño, es más, entiendo que Alex te vuelva loca, digo, ¿a quién no?- Se ríe. -Es hermosa, sexy, inteligente y muy educada, sin duda alguna es todo un buen partido, ¿no es así?- Solamente me limito a mirarla sin decir nada. -En cambio tú, dime, ¿qué tienes que ofrecerle además de tu físico que evidentemente es bastante atractivo?- El silencio me carcome las entrañas porque exactamente yo tengo la misma duda. Sé que Alex me ama, pero como se lo dije a ella cuando las rosas de Sylvie llegaron a su puerta, sé que ella puede conseguir cualquier mujer que desee, además, al lado de alguien como Zelda que es guapa, mayor, independiente con un buen trabajo y una vida hecha, yo no soy ni siquiera competencia. No soy nada. -Eres una estudiante, alumna de ella y a penas mayor de edad, además de problemas y quizá algo de buen sexo con mucha energía, no sé qué más puedas darle. Seguramente aún dependes de tus padres y eso será otro gran lío que enfrentar, ¿sabes el estrés que debes estarle causando a Alex por tener que estar escondiéndose todo el tiempo?-

ENSÉÑAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora