Una historia entre dos almas gemelas tan inteligentes para saber reconocer sus sentimientos y diferencias, con bastante tacto para tratar de hacerlo funcionar para ambas, pero lo suficientemente desesperadas como para no perder el tiempo y enfrentar...
¿Por qué fui creada con el don de amar a las mujeres y la paciencia más limitada que nadie en la tierra? Bueno, bien dicen que el destino es cruel y precisamente creo que ha querido mofarse de mi falta de buen juicio de vez en cuando que me siento frustrada.
Y Pitágoras no podía estar equivocado, el lo dijo alguna vez: «Hay un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer.» Y sin duda a la mía, la han creado con más caos y tinieblas que a ninguna.
Hace una semana que no le doy siquiera un beso a Piper, ella ha estado huyendo cada vez que nos quedamos a solas, y aunque dice que no es así y se excusa con que debe ir a casa por eso de la recuperación de su padre, no creo que todo le corresponda a ella, y si lo es, bueno, es algo muy injusto. La veo en clases menos participativa que nunca, a veces la sorprendo solo mirando hacia la ventana y aunque la he reprendido un par de veces, como al principio, ni siquiera eso la hace reaccionar. Por el almuerzo siempre está pegada a Polly y no hay poder humano que la haga ir siquiera al baño sola, y el asunto está comenzando a fastidiarme en verdad, tanto como para querer tomar medidas desesperadas.
Busco todo el día el momento exacto para hacer lo que pretendo, es viernes así que es mi última oportunidad de conseguir estar con ella o si no tengo que esperar hasta el lunes, y jodidamente no puedo. Parece que ahora soy una asechadora solamente espiando por los pasillos entre cada cambio de clases, y justo cuando el grupo que entra al aula de Lorna es el de Polly, sé que es mi oportunidad.
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Piper no toma esa clase, en lugar de ello no sé en qué aula está ahora, pero si la situación está siendo así, voy a ponerle un alto ya.
Me planto frente a la puerta de Lorna antes de que la cierre y ella me observa con el ceño fruncido.
*Lorna: -¿Necesitas algo, Alex?-
*Alex: -Si, ¿podrías permitirme a la señorita Harper unos minutos?- La cara de Lorna se descompone.
*Lorna: -¿Te has vuelto loca?- Musita saliendo y cerrando la puerta. -¿Ahora también vas a comenzar a llevarte con la amiga de Piper?-
*Alex: -No, solo son medidas desesperadas... Por favor, no tardaré... Si supieras el infierno en el que he estado estos días, seguramente me entenderías un poco.-
*Lorna: -Lo sabría si tan solo salieras de nuevo un poco conmigo. Nicky me ha dicho que incluso a ella has ido a verla, y a pesar de eso, ella también te extraña, Alex.-
*Alex: -Lo sé, ella me lo ha dicho... Así que es tu hombro donde llorar, ¿no?-
*Lorna: -Dejaré salir a Harper sin ningún comentario más al respecto solo si me prometes que irás a casa a cenar conmigo algún día de estos, para ponernos al día como en los viejos tiempos, tengo mucho que contarte.-
