13 - Clases de cocina

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•Piper•

Hemos echo las pases, claro que sí, aunque eso no significa que yo le he vuelto a coquetear o a excederme de mis límites, y parece que cada vez ella se burla de eso con esa sonrisa de lado que me da escalofríos y me incendia las entrañas.
Alex Vause es una mujer bastante complicada y que por supuesto sabe del poder que tiene sobre las demás personas, pero quiero ser la excepción, aunque justo ahora que me dirijo a su trabajo, no sé si realmente podré abstenerme de todo lo que ella me hace sentir.

Toco a la ventanilla de su auto con manos nerviosas y suelto un enorme suspiro que me hace flotar el cabello despeinado.
Hemos quedado de vernos aquí para ir a las clases de cocina, y aunque ella había sugerido ir por mí a un par de calles de mi casa, en realidad no me apetecía estar escondiéndome de los escudriños de Cal.
Ella sonríe y de inmediato sale del auto para abrir mi puerta, aunque en realidad habría sido más sencillo que solamente abriera desde adentro, pero bueno, tampoco me molesta su galantería.

*Alex: -Hola...- Susurra y besa mi mejilla, para luego dar otro besito en la comisura de mis labios y hacerme sentir escalofríos por su mirada tan cercana.

*Piper: -Hola...- Paso saliva con nerviosismo, pues hace tiempo que no nos vemos fuera de la universidad.

*Alex: -Eres muy puntual.- Sonríe y se hace a un lado sosteniendo la puerta abierta para que suba.

*Piper: -No todo el tiempo, la verdad solo no quería hacerte enfadar y que comencemos a discutir.- Ella se ríe y rodea el auto nuevamente para subir de su lado y conducir por la ciudad hasta el sitio donde tomaremos las clases.

Miro por el cristal las pequeñas gotas de lluvia que empapan el ambiente y no es que en realidad sean tan entretenidas, pero es que parece que el interior del auto está casi tan frío como el exterior lluvioso y nublado.
Ninguna de las dos dice nada, solamente estamos sentadas lado a lado sin mirarnos y atravesando la ciudad como dos extrañas dentro del mismo auto.
El suave murmullo de la voz de Amy Lee interpretando “Sweet sacrifice” nos ayuda a aligerar el ambiente, aunque creo que en esta ocasión la voz de un ángel no es suficiente para poder normalizar las cosas.
Cuando ella se detiene, observo el edificio en frente de nosotras y es enorme, con un letrero neon de color rosa que enmarca el logo de «Sweet & Salty» que es el nombre del sitio y parece bastante refinado.

*Alex: -No es que sea el lugar más caro, pero está lejos de todo... Ya sabes, será más difícil toparnos a alguien conocido por aquí... Lo encontré en internet y me pareció bueno.- Sonríe acomodándose los lentes.

*Piper: -Luce bien.- Le digo desviando la mirada. -Tienes que decirme cuánto es mi parte a pagar.-

*Alex: -No es necesario... Ya lo cubrí yo, con que vengas a cada clase conmigo es más que suficiente.-

*Piper: -Insisto, quiero pagar la mitad al menos.-

*Alex: -Ya encontraremos una buena forma de pago...- Me guiña el ojo y sonríe.

Ella sale del auto y abre mi puerta para que salga, y a penas lo hago cierro de nuevo y ella me toma por la cintura para recargarme en el auto besando mis labios con ansiedad, como si hubiera estado echando de menos el contacto, como si en realidad le fuera necesario el estar así de cerca de mí.
El beso es suave pero bastante activo, su lengua acaricia la mía y sus manos me aprietan acercándome a su cuerpo cálido.
Se nos acaba el aire y el corazón late casi de firma audible queriendo ser notado, pero ella se separa y sonríe acariciando mis labios para seguramente limpiar las manchas de labial.
Repito el gesto con mi dedo pulgar en sus suaves labios que se estiran en una sonrisa preciosa, pero después muerde con fuerza.

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