___ se mudará a Londres para trabajar en el gobierno británico junto a Mycroft Holmes, pero gracias al menor, Sherlock, conocerá al crimal consultor, Jim Moriarty
Para no arruinar el sepelio de Justin saliste voluntariamente, pero confundida Pusiste las manos detrás de la espalda y te colocaron esposas. Mary salió diciendo que debía ser una confusión, mientras John y Greg le preguntaban a uno el por qué de llevarte. Te subieron al automóvil en completo silencio, suspiraste pesadamente mientras te llevaban hacía prisión.
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Apenas llegaste te metieron a una celda, estuviste un par de minutos hasta que aparecieron Greg, John y Mary.
- ___ -dijo Mary.
- oigan ¿qué pasó? -te acercaste a los barrotes- ¿por qué ahora estoy en prisión?
- hablé con el inspector en turno -dijo Greg- creen que robaste unos tratados del país
- eso es una estupidez -frunciste el ceño- yo no he tocado ninguna clase de documentos, estaba de vacaciones
- llamaré a Mycroft -John sacó su teléfono- él solucionará todo
- gracias -dijiste mirándolos- pero no se si puedan, la pena por eso es muy grande
- van a encontrar al culpable -dijo John para tranquilizarte mientras se retiraba un poco para hablar por teléfono.
- debe ser Moriarty -comentaste mientras pensabas- creo que es el único que puede robar un documento ultra secreto e inculparme
- tranquila -habló Mary- solucionaremos ésto lo más rápido que podamos
- eso espero -susurraste.
- la visita terminó -habló un oficial- diríjanse a la salida
- no, espere, déjelos un ratito más -suplicaste tomando la mano de Mary.
- salgan ahora -el policía empezó a sacarlos a empujones.
- no te preocupes, te sacaremos ___ -gritó Lestrade.
Suspiraste pesadamente y fuiste a sentarte -¿Cómo terminé así? ¿Por qué de tener un empleo y soltería, terminé encerrada y enamorada de un psicópata?- pensaste mientras esperabas, no tenías idea de lo que pasaría o lo que esperabas, pero lo habías, rogabas que Mycroft encontrara alguna solución y pudieras irte lo más rápido que pudiste. De pronto aparecieron 2 oficiales que te sacaron de la celda para llevarte a una sala de interrogatorios, al entrar había una mesa, dos sillas y un hombre sentado en una con los codos afirmados en la mesa esperándote, apenas los policías te dejaron dentro y cerraron aquel hombre te sonrió.
- buenas tardes señorita Rudd -habló con tranquilidad- siéntese -señaló la silla que sobraba
- En serio usa la palabra "buen" con cada prisionero -te sentaste mirándolo fijamente
- sólo trataba de ser respetuoso -ríe- ¿sabe por qué está presa?
- por algo que no hice
- no la comprendo -frunce el ceño- ¿cree que la policía de Londres encarcela injustamente?
