Visitas

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Despertaste por el sonido de algo golpeando los barrotes de las celdas, te sentaste tallando tus ojos para que se te fuera el sueño.

- despierten, vamos -habló una oficial- todos a la derecha de su puerta. Se dirigen a las duchas sin pelea o protesta alguna

No comprendes absolutamente nada de lo que estaba pasando, la celda se abrió y viste como las mujeres empezaban a salir de sus lugares.

- oye, nueva -llamó tu atención Cooper, la mujer rubia que te quiso atacar- tienes que salir, en dirección a las duchas

Lentamente te levantaste y caminaste a ella aún adormilada.

- ¿bañarnos? -preguntaste confundida.

- si, nos dan un tiempo estimado de 10 o tal vez 20 minutos para bañarnos, luego tenemos que ir al comedor para desayunar, aunque algunas lo prefieren en sus celdas

- no comprendo nada -mencionas mientras ambas caminan en la misma dirección.

- pronto te vas a acostumbrar, tienes 26 años para hacerlo.

- no me lo recuerdes -suspiraste pesadamente.

Al llegar a las duchas cada quién se fue por su lado, te bañaste terriblemente incómoda por estar frente a personas, después te secaste el cuerpo y volviste a ponerte tu uniforme.
Te dirigiste al comedor para desayunar, tomaste una bandeja e hiciste fila como las demás para servirte algo de comida, miraste alrededor y preferiste volver a tu celda para no molestar o ser molestada.
Después de comer te quedaste todo el tiempo que pudiste en la celda, no sabías que hacer para no aburrirte, así que te terminaste acostando en el catre.

- ___ Rudd, tienes visitas -habló una de las guardias.

- creí que no podría tener visitas -te levantaste confundida.

- no puedes, pero esta vez te lo permitieron.

- ¿sabes quién me permitió tener visitas? -preguntaste saliendo de la celda.

- si, fue Mycroft Holmes. Él le envió esta carta -te entregó el sobre- diríjase a la derecha, segunda puerta. Allí la esperan

Empezaste a caminar en la dirección que te habían dado, guardaste la carta para leerla luego, entraste a la sala encontrando a tu madre sentada con las manos en una silla.

- ¿mamá? -preguntaste sorprendida.

- hija -se levantó rápidamente yendo hacia ti con expresión triste- ¿cómo terminaste aquí?

- es una larga historia mamá, yo... -te interrumpió.

- dime que no lo hiciste -tomó tus mejillas- tu no robaste documentos de importancia nacional ¿verdad?

- yo no los robe -suspiraste- fue un error

- ¿por un error estás aquí? -la miraste a los ojos y pudiste notar que los tenía ojos por tanto llorar.

- oye, yo estoy bien, no llores ¿sí? Mi jefe está solucionando todo, saldré de aquí. No estaré mucho tiempo aquí

- eso espero -te abrazó fuertemente- tu... tu padre está esperando para entrar. Creo que mejor me voy para que no nos crucemos

- no te vayas, quédate un minuto más

- me encantaría, trataré de venir más seguido -te abrazó fuertemente.

- no creo que puedas, al haber "robado" tratados de paz no quieren que mantenga contacto con nadie, temen que los venda o algo así. Mi ex jefe pudo dejarme ver visitas hoy, lo cual no sabía

- hablaré con él, espero que puedan sacarte pronto de aquí

- eso espero -dijiste mirando el suelo.

- tampoco me dijiste que Justin había muerto -comentó tu madre haciendo que levantes la vista sorprendida.

- ¿cómo lo supis... -te interrumpió.

- ¿por qué no me lo dijiste? -te miro molesta- ¿lo atraparon?

- suspiraste pesadamente- no, yo sé quién lo mató, pero no pude delatarlo

- ¿por qué no?

- porque yo me enamoré de él -miraste hacia otro lado.

- ¿qué? No comprendo ¡te enamoraste de el asesino de Justin!

- si, pero él está loco, es...

- ¿es qué? -preguntó mientras te miraba con atención.

- él es un psicópata, un criminal y es reconocido cómo uno de los mejores. Consigue lo que quiere cómo y cuándo lo desee, es por eso que yo decidí hacer una confesión errónea para terminar aquí y apartarme de él -al confesar todo sentiste como si un peso se fuera.

- ¿cómo pudiste involucrarte con alguien así? -su mirada era extremo terror.

- bueno, ahora que estoy siendo sincera... acepte acercarme a él para sacar información sobre posibles delitos. El hermano de mi jefe es detective, tal vez hayas escuchado de él. Su nombre es Sherlock Holmes y yo le daba tada clase de documento, pista, foto, contraseña que pudiera ayudarlo a adelantarse de su enemigo

- si he escuchado de él, el del sombrero gracioso. Esto que me estás contando es terrible... ¿quién es el chico? El psicópata

- cerraste los ojos un par de minutos y luego los volviste abrir- ¿recuerdas al sacerdote cuando yo fui a tu casa? -ella asintió- bueno, él amenazó al verdadero sacerdote, se hizo pasar por una persona que no era para saber por qué no le respondía sus mensajes y llamadas... pero usó su nombre, no el del hombre que en realidad era sacerdote

- ¿o sea que... Jim Moriarty es el criminal?

- exactamente, y años atrás robó la corona de la reina

- quedó anonadada por la información- bueno, además de atractivo codiciado. No tomaste una gran decisiones en cuanto al amor, pero si tienes buen gusto

- reíste- algo es algo

- ya se acabó el tiempo -dijo la oficial que esperaba en la puerta.

- te quiero mucho -te abrazó fuertemente antes de salir de la sala.

- y yo a ti -gritaste mientras tus ojos se humedecen.

- ¿quieres ver la siguiente visita? -preguntó la mujer esperando para que te pueda llevar de nuevo a tu celda. Negaste- es la última visita que podrás tener en mucho tiempo

- no me importa, no quiero ver a nadie -respondiste.

- ¿mi dulce hermanita ya está disponible? -escuchaste la voz de tu hermanastra- ¿ya puedo verla?

- claro -la oficial señaló hacia la puerta abierta.

- ay, hermanita -al verte entró y te abrazó actuando como niña buena- ¿cómo estas? ¿Comes, duermes, nadie te molesta?

- las dejaré solas -cerraron la puerta.

Juego Peligroso(Jim Moriarty)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora