Capítulo veintiocho.

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Capítulo Veintiocho.

Parte IV.

Lo beso con tanto deseo y desespero que Jeremy aprieta mis glúteos en medio del beso. Luego de salir del baño y sonreír como un par de idiota no pudimos evitar besarnos, y yo tengo muchas más ganas de él. Fue una especie de impulso que ahora me tiene con el libido a millón porque me tiene cargada como koala haciéndome sentir todo. El lugar desconocido donde fue mi fiesta está en la misma instalación del hotel, por lo que no le costó nada a Jeremy tenerme como me tiene, ponernos en un ascensor y estamparme contra la pared de metal para besarme como debe. Con deseo, lujuria, ganas y desespero, un beso posesivo que solo se agrega a mi lista de besos con él. Su lengua toca la mía a cada nada mientras se frota contra mí, gimo jalando suavemente su cabello y prácticamente enterrando mis tacones en sus glúteos, él gruñe apretando más mis caderas con la simulación de suaves embestidas. Ruedo los ojos del placer que hasta me cuesta respirar, para mí todo está caliente y él irradia tanto salvajismo que simplemente me tiene en el borde de tener un orgasmo en menos de nada.

Él está besando, chupando y lamiendo mi cuello dejándome con la respiración acelerada y el pecho a punto de un colapso.

-Sigo molesto contigo por ignorarme, por lo tanto, no seré un caballero contigo esta noche, -Se acerca a mi oído jadeando- Porque tengo tantas ganas de ponerte a recrear lo que sea que hayas leído.

-¿No estábamos bien? -susurro cerca de sus labios conteniendo las ganas de decirle "señor Grey", pero se me está haciendo casi imposible con esa actitud.

Él sonríe traviesamente, caminando entre los pasillos conmigo en brazos. Por mi parte solo me dedico a restregarme frente a él y besarle el cuello, succiono en algunas ocasiones cuando me aprieta más contra él, conteniéndose. Realmente admiro su autocontrol, porque si se dejara guiar por mi ya lo hubiéramos hecho en el ascensor. Abre la puerta y es ahí cuando la cierra arrinconandome contra la misma, sus manos recorren todo mi cuerpo y su rostro desciende por cada parte de mi cuerpo, busca el cierre de mi vestido y lo baja de un tirón. Todo es en cámara lenta desde mi perspectiva, cuando se va revelando mi lencería, me mira venerando como si tuviera a un ser de otro planeta. Me mira con tanta pasión que la vehemencia, la lujuria y el amor hacen una combinación tan íntima en este candente momento. Mi mirada creo que también puede reflejar lo mismo que él.

-Eres hermosa. -Besa mi clavícula, bajando a mi escote dándole una lamida que me hace sentir una corriente de excitación, mi piel se eriza y responde a sus caricias de una forma divina. ¿Quién diría que estaría de esta forma con Jeremy? Así tan salvaje. -Mi regalo te hace ver como una diosa... -Ríe- Bueno, ya lo eres. -Llega a mi abdomen y solo tiro la cabeza hacia atrás, no mido la fuerza y termino estrellando la cabeza en la puerta.

-¡Auch! -termino riéndome, pero la risa se disipa cuando él se arrodilla frente a mi. Mi corazón da un vuelco y mi libido está por las nubes, ¿Él hará lo que pienso que hará? Me muevo nerviosa y busco palabras para quitar el comienzo de un bochorno, acaricio su cabello tratando de no asfixiarme por la calentura- Con que fuiste tú el que me regaló esto...

-Lo vi y pensé en arrancarlo cuando lo tuvieras puesto. -Gimo cuando baja y besa mi vientre, aumentando mi calor y ganas de él. Se va deshaciendo de su corbata y se levanta besando mi cuerpo con toques lentos y tortuosos hasta llegar a mis labios. Me besa tan lento que solo me pone más nerviosa, de un momento a otro siento que ejerce fuerza en mis muñecas llevándolas hacia atrás, y con rapidez las amarra en un nudo apretado e incapaz de que logre soltarme. Intento separarme del beso para preguntarle el porqué, pero solo me besa con firmeza apretando mis nalgas con fuerza - Te dije que te amarraría, bonita.

Lo miro sorprendida, ¿ese es mi dulce Jeremy? Esta versión me está encantando a niveles que ni sabía que existían. Me levanta para tirarme a la gran cama, logro controlar mi respiración, pero era un intento nulo porque el hombre que está frente a mí se está empezando a desnudar sin separar la mirada de mí. Mi respiración es un desastre cuando no quita la mirada de mi cuerpo, quita su saco y aquella camisa que desprende todo lo pecaminoso del mundo.

¿Quién es la novia de Jeremy?|Saga Reynolds, Libro#1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora