(Lean la nota que les deja abajo)
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Dos semanas en las que la locura abordaba el pueblo de Riverdale. Dos semanas de dolor, una semana desde la muerte de Fred Andrews.
La noche era fría, los ruidos de la calle habían desaparecido. Archie volvía de la fiesta de Cheryl, la cabeza estaba echa un lió. Juro nunca mas volver a tomar de esa manera, pero estaba muy feliz. El día era para festejar. Ver a Jughead con la chica que le gustaba era una buena razón para festejar.
Pero se odiaba, si hubiera llegado a casa temprano o si no hubiera salido esa noche, nada malo tendría que haber pasado. Su padre podía seguir con el, no a metros bajo la tierra.
Su casa se sentía vacía, los pequeños ruidos de su padre ya no estaban. Sus saludos de los buenos días o de las buenas noches solo desaparecieron. Ahora solo se escuchaba su respiración. La casa estaba en una completa oscuridad. Trato de convencerse de que el estaba en buen lugar, junto con su madre. Su padre no tenia mucho que hacer en este mundo, era hora de que el siga otro camino. El lo entendía, entendía la partida de su padre, pero le dolía mucho. Ya se había acostumbrado a verlo tomando su te o mirando el partido de fútbol que daba los domingos a las tres de la tarde.
Encontrarlo descansado en su viejo sillón que antes había pertenecido a su abuelo. Encontrarlo ahí acostado, sin ningún signo de vida, fue doloroso. No lloro, no lo hizo ni cuando lo llevo al hospital con la corta respiración que tenia. Tampoco lloro en el entierro, no lloro en ningún momento.
_ Te traje el almuerzo
Jughead mostró la mas sincera sonrisa. Tenia una bolsa grande comida de Pop's. Archie se hizo a un lado para que el pelinegro entrara a su casa.
Desde hace una semana había faltado a clases, su casa estaba un poco desordenada. Jughead entro directo a la cocina y tomo dos vasos para los refrescos, el pelirrojo entro a pasos lentos a la cocino y tomo asiento junto con Jughead. Comieron la hamburguesa en un silencio puro, el pelinegro iba a esperar que su amigo empece a hablar, las cosas funcionaban así.
_ No estoy triste, no lo estoy. El tenia una buena vida cuando estaba mi madre, era muy feliz pero cuando ella se fue su mundo se desmorono, yo no supe que hacer. Siempre tenia una sonrisa pero era falsa _ Jughead dejo a un lado su comida para prestar atención a las palabras del pelirrojo. El sabia que iba hacer la única que vez que se sinceraba.
_ Cada día que pasaba el se iba decayendo. Se que ahora esta con ella, los dos me están protegiendo desde donde estén. Yo estoy feliz porque el se reunió con mi mama. Su felicidad siempre me importo. Yo estoy feliz, Jughead. Juro que estoy...feli...
Las lagrimas cayeron sorprendiéndolo. Hace mucho que no veía esas gotas ácidas. Sus ojos marrones se encontraban rojos, sus mejillas tomaban el mismo color. Soltó un leve hipido cuando Jughead lo estrecho en sus brazos. Solo necesitaba eso, el enérgico abrazo de su amigo.
No hacia falta mas palabras.
(...)
_ Creo que es suficiente _ comento Archie, el azulino asintió y se retiro a su cama. Jughead había rogado al pelirrojo para que venga con el a su casa. No quería dejarlo en ese estado.
_ Si necesitas algo solo despiertame. Si tienes frió puedes tomar mas colchas.
Aveces Jughead actuaba con una mama sobre-protectora, no le molestaba en absoluto. Todo lo contrario, amaba que su amigo se comportara de esa manera. El también lo hacia, pero podía ser peor.
_ Creo que con estas diez estoy mas que bien, Jughead _ comenta divertido, el pelinegro suelta una leve risa que apenas se escucho.
Las luces ya no estaban prendidas, pero ninguno de los dos tenia planes de dormir. El día había sido muy largo para los dos. Sus cuerpos pedían descanso pero sus mentes no se lo permitían. Estaban muy concentrados en sus pensamientos que el sueño solo era una mínima cosa.
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The Night We Met
AcakNo quiero que te vayas. ¿Sujetaras mi mano?. Oh, ¿no te quedaras conmigo?. Porque eres todo lo que necesito (...). Pero, cariño, quédate conmigo(...). Stay with me...