»SOLO UN BESO MÁS«

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Una semana después...

Hadley

No volví a ver ni a hablar con Víctor, él me llamaba y me enviaba mensajes todos los días a todas horas, a casa llegaban adornos de flores con notas de disculpas que ni siquiera leí, también llegaban regalos que me encargué de devolver a las tiendas. Dean se había quedado en casa conmigo, mis amigos venían a visitarme todo el tiempo, Óscar y César también. Roman vino una vez y después de mentarle la madre y lanzarle cuánto jarrón de me puso enfrente, a él lo perdonaba casi por completo.

Me sentía tan triste y vacía, con el corazón roto en mil partes, lo extrañaba muchísimo y cada mañana, tarde o noche pensaba en él y en la falta que me hacía. Pero aún me sentía muy enojada por lo que pasó y más me enojaba cuando trataba de salir de mi casa y la puerta estaba llena de arreglos florales.

–¡Que alguien quite ésta porquería de aquí!– Grité al abrir la puerta y encontrar un adorno de rosas rojas y blancas.
–¿En dónde quiere que las ponga?– Preguntó Iceland levantando esa cosa.
–Quémalo o algo, no quiero verlo– Respondí saliendo de la casa.

No eran feos, yo amaba las flores pero odiaba lo que aquellas representaban. Eran un símbolo de una disculpa por una traición que me dolió mucho.

–Señora, tiene una llamada de su madre– Dijo Juliet dándome mi teléfono.
–¿Hola?– Pregunté pues se me hacía raro que me marcara a ésta hora.
–Hadley, ¿Cómo está eso de que terminaste con Víctor?– Preguntó ella y se me detuvo el corazón.
–¿Qu-Quién te dijo?– Pregunté muy sorprendida.

No terminé con Víctor, solo evitaba verlo o hablarle.

–Los rumores corrieron como pólvora, todos hablan de lo mismo, dicen que él tiene a otra mujer– Dijo ella y casi se me cae la mandíbula al suelo de tanto que se abrió– Eso no es verdad, ¿O si? Hadley.
–Eso... No es del todo cierto– Fue lo único que pude decir– No puedes decirle a mi padre.
–Hadley es muy tarde, al enterarse salió ésta mañana decidido a matarlo– Decía mi madre y se me detuvo el corazón– Cortó la luz y escondió el teléfono para que no pudiera llamarte pero en cuanto lo encontré te marqué.
–¡¿En dónde está ahora?!– Pregunté muy asustada.
–¡No lo sé Hadley! Tienes que buscarlo– Dijo ella y le hice señas a Dean que estaba en el sillón– Que no haga una tontería.

Colgué sin decir más y busqué las llaves de mi auto.

–¡Dean! ¡Mi padre se enteró!– Grité muy asustada y la cara de mi amigo se puso pálida.
–Oh santo cielo– Se levantó asustado– Llamaré a los chicos.

Tomé las llaves y corrí por el pasillo, tenía que encontrar a mi padre o a Víctor antes de que algo pasara.

Víctor

Estaba en el Máscara negra, Roman me había obligado a salir de casa ésta mañana, llevaba días tirado en mi cama sin hacer nada. Y era igual en cualquier lugar, ahora estaba en el Máscara negra en un sillón sin hacer nada.

–De menos come algo, no has comido en un buen tiempo– Ofreció Roman poniendo una hamburguesa en la mesa.
–No tengo hambre– Dije rascando mi ceja con una mano.
–Estás horrible, no te has rasurado la barba, estás flaco, parece que morirás de algo en cualquier momento– Me regañaba Roman pero yo no quería hacer nada– Llevas cuatro cervezas.
–Cinco– Dije levantando la mano para pedir otra.

Cuando la muchacha que atendía ya venía en mi dirección Roman le dijo que no y yo solamente me quedé cruzado de brazos.

–¿Tú qué mierda haces aquí?– Preguntó Roman viendo a un lado.

ENTRE ROSAS Y ESPINAS |TTE #2| Victor Zsasz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora