»PÁNICO«

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Hadley

Después de todo el día que pasamos en el Black Mask, Victor, Tansy, Hanna, Christine, Dean, Scott y yo íbamos saliendo directo a nuestras casas, pero nos detuvimos en la acera cuando una camioneta negra tiró un paquete frente a nosotros y luego se fue a toda velocidad.

–Alto– Le dije a Víctor que iba a recogerlo.

Todos mirábamos la caja negra y yo la abrí con la mente, no quería que pasara algo si era un explosivo. Pero lo que había dentro nos dejó más asustados que si lo hubiera sido. Dentro de esa caja había una nota y a un lado una bolsa transparente llena de sangre y un dedo.

–Eso es... Es...– Decía Scott y después cayó desmayado a un lado.

Me acerqué a la caja y saqué la hoja de papel, la desdoblé, tenía algunas manchas de sangre pero era perfectamente legible.

–Deja de meterte en nuestro camino Jaden, o no la volverás a ver– Leí en voz alta y un escalofrío me recorrió la espalda.
–¿De quién creen que hable?– Preguntó Tansy asustada sacando la bolsa de la caja.
–Hay algo más– Dijo Víctor sacando varias hojas de papel– Creo que ya sé de quién es el... Dedo.

Victor volteó la primer hoja, era una fotografía de Raylee atada a una silla con sangre en la mano izquierda y golpes en la cara, pero no se veía asustada, estaba enojada.

–Ay no... Tenemos que salvarla, pero ¿De quién es la carta?– Preguntó Dean tragando saliva, estaba pálido.
–No han visto las otras, todos están en peligro– Dijo Victor mostrando las demás hojas.

Esas hojas eran fotografías de mis amigos, todos ellos, incluso Óscar y César, Roman, Paco, y... Victor, eran fotos tomadas cuando ellos paseaban por las calles, cuando estaban distraídos.

–Creo que ya pasó...– Decía Scott levantándose pero vió la fotografía de Raylee y se volvió a desmayar.
–Víctor vamos a casa, todos a nuestra casa– Ordené sacando mis llaves.

Saqué el teléfono y marqué a un número mientras todos caminábamos a nuestros autos.

–¿Qué pasa, nena?– Preguntó Roxy en el teléfono.
–Ve a mi casa ahora, no hagas preguntas y no te detengas en ningún lado, lleva a Seven, a Óscar y a César, por favor cuida mucho a César– Le dije rápido, estaba preocupada– Los veré en casa.
–E-Está bien– Dijo ella y colgué.
–Espera un momento– Dijo Víctor y se fue corriendo de regreso al Máscara negra, ni siquiera me dió tiempo de contestarle.

Marqué otro número, pero no contestaba, de nuevo marqué y se tardó un rato.

–¿Que tranza güera?– Preguntó Paco, al fondo se escuchaban risas.
–Necesito verte en mi casa ahora mismo, rápido– Dije entrando al auto.
–Ando en una peda, ¿Segura que ahora mismo?– Preguntó relajado.
–Si, pero ya cabrón– Le dije enojada y colgué.

La puerta de atrás se abrió de golpe y yo saqué mi arma de abajo del asiento, pero era Victor metiendo a Roman al auto.

–Espérate, espérate, espérate– Decía Roman tratando de salir pero Victor bajó el seguro– ¿Qué está pasando?
–Te lo explico en un rato, pero jefe, creo que estás en peligro– Dijo Víctor y encendí el auto.

Ignoramos a Roman que hacía preguntas tontas y no dejaba de hablar. Estaba pensando en que no sabía quién podía hacer algo así, conocía a las pandillas, los Santos ni de broma me harían eso, los Profetas, mi pensarlo, tampoco Nineteen Street, personas de todos ellos estaban en las fotografías. Pero tampoco había posibilidad de que fueran las panteras, aunque una pequeña parte podría ser de las Serpientes, pero Aranza quería a Roman, siempre estaba en el Máscara negra, y eso hacía que no lo creyera al cien porciento. De algo estaba segura, debía ser de un líder de una pandilla, la frase “Deja de meterte en nuestro camino” sonaba muy... No sé, tenía la sensación de que así era, de alguien con más poder que alguien normal.

ENTRE ROSAS Y ESPINAS |TTE #2| Victor Zsasz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora