Tirada en la cama de Savannah mirando mi celular, esperaba que Ryan me mandara un mensaje. Habían pasado dos días desde nuestro beso en la escuela, y habíamos prometido no contarle a nadie, ni a Jamie ni a Sav, por más difícil que fuera. Queríamos deducir entre nosotros primero qué era lo que nos pasaba, y luego contarle a los demás. Ya todos se habían acostumbrado a nuestra amistad platónica, nosotros también, temíamos que el cambio no fuera bien aceptado.
Pero, al mismo tiempo, hacía dos días que Ryan no contestaba mis mensajes. Sólo hablamos en la escuela, pero ni si quiera eso porque la mayoría del tiempo estábamos en grupo y no podíamos hablar de verdad. Suspiré y tire mi celular sobre la cama.
- Que pasa querida. -dijo Sav entrando al cuarto. Apoyó sus llaves y me dio en la mano un paquetito pequeño de papel madera.
- Nada, me había cansado de esperarte. -mentí- Estuviste mil años atendiendo la puerta, ¿quién era? -dije calculando el peso del sobre en mis manos.
- Creo que cuando lo abras te darás una idea. -sonrió pícaramente y se sentó a mi lado. Yo la miré de reojo sonriendo y lo abrí.
Un olor muy fuerte inundó mis fosas nasales, tres cogollos medianos estaban aplastados en un papel de plástico. La miré con ojos abiertos.
- ¡Savannah! -grité riendo- ¿Estás loca? ¿Y si tu mamá se daba cuenta que estabas comprando marihuana? -dije ya susurrando.
- Dios, que exagerada eres, ella está durmiendo la siesta, no se enteró.
La mire suspicaz y mire el envoltorio de vuelta. Eran como tres albóndigas verdes y gordas. Me lo llevé a la nariz y el olor me hizo toser levemente.
- Estoy esperando que me agradezcas. -dijo mientras se paraba a buscar algo en el cajón.
- ¿Gracias? -dije más confundida que antes. Intenté no quedar como una completa fracasada por segunda vez en menos de cinco minutos- ¿A quién le compraste?
- Un amigo de Jamie, no te preocupes es de confianza. Seguro Ryan le compra a él también.
Escuchar su nombre hizo que se me revuelva el estómago.
- ¿Ryan fuma?
- Ay cariño -suspiró mientras que se sentaba- Todos en ese grupo lo hacen, no se que es lo que nos pasó a nosotras que tardamos tanto.
- Espera, ¿quieres probar ahora?
Ella me dio una cajita pequeña y me miró esperando que la abra. Yo rodé los ojos y le hice caso. Dentro había un pequeño picador de plástico, unos papelillos para cigarrillos armados y un par de filtros artesanales (muy mal hechos) sueltos.
- ¿Qué pretendes que haga con todo esto? -le dije un poco cansada de sus juegos.
- El otro día mientras tú y Housewolf estaban escondidos haciendo quién sabe que -me miró con ojos pícaros y yo me sonrojé- Si, ya me parecía, luego hablaremos de eso. En fin, Jamie y yo también nos salteamos las clases y fuimos a escondernos a un salón vacío. Ahí me preguntó si alguna vez lo había hecho y bueno, me enseñó a armar y me regaló todo esto, junto con el número de Craig -la sonrisa de Savannah se iba haciendo más grande a medida que contaba la historia.
- Creo que no hay nombre mas de dealer que "Craig" -me limité a decir. Ella río.
- Jamie me dijo que hay una fiesta hoy en lo de Jenna, ¿quieres ir?
Yo miré la cajita y la miré a Sav.
- No tienes que hacerlo si no te sientes cómoda Sky, me pareció divertido hacerlo por primera vez juntas -me dio la mano.
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Living with a Jerk
RomanceSkyler Rooth se considera a si misma la persona con menos suerte en el mundo, al menos por dos semanas. Primero; tiene la casa para ella sola en vacaciones, pero hay una tormenta de dos semanas afuera. Segundo; esta a cargo de su hermano, y, además...