California.

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Capítulo 14:

Después de el incidente en la cafetería, no me volví a hablar ni a cruzar con Ryan, y estaba agradecida por esto. Luego de dos días nos fuimos en avión hasta California. El vuelo fue de tres cortas horas, ya que estaba con Mery y me la pasé riendo todo el viaje. Cuando llegamos entramos a una puta mansión, o la casa de Mery, como quieran decirle. Era de tres pisos con una puta terraza que tenía vista al mar. La hija de puta de Mery es millonaria. Sí, una fucking millonaria.

- ¿Disfrutando la vista? -preguntó Mery mientras subía a la terraza, ya que yo había subido a ver antes.

- Es fantástica -respondí- De ser tú, viviría aquí arriba.

- Prefiero ir a nadar. -me dijo sonriente- ¿Vamos?

- No lo sé, no empaqué traje de baño, no sabía que iba a hacer tanto calor.

- Vamos, yo te presto uno.

De un momento a otro, me encontraba en el cuarto de Bárbara, decidiendo que traje de baño usar.

- Veamos, el morado te quedaría muy bien, el negro es muy lindo, pero te quedaría grande.

- Mery, no es que no acepte tu ayuda, pero no me gusta usar bikinis.

Y era verdad. No es que estoy desconforme con mi cuerpo, solo no me gusta andar mostrando. Siempre fui una persona reservada, y reservada muero.

- Te entiendo, a mí tampoco, pero tengo muchas ganas de ir a la playa a nadar. Vamos, sólo habrán un par de personas y estaremos dentro del agua, ¿por favor? -dijo juntando sus manos en forma de súplica.

Suspiré.

(...)

- Esta playa es hermosa, y las olas son geniales. -me comentó Mery mientras buscábamos un lugar donde poner la sombrilla junto con las sillas de playa.

- En verdad lo es, necesitaba algo así.

Encontramos un lugar vacío entre medio de dos sombrillas solitarias.

Mientras yo hacía un agujero para poner la sombrilla, Mery acomodaba las sillas y ponía su canasto sobre una de ellas.

- ¿Qué traes en el canasto? -pregunté.

- Lo indispensable, una cama, sangre de un ovni, un perro, dos macetas con marihuana y un dragón. -me miró sarcástica- ¿Tu que crees? Bloqueador solar, celular comida porquería y Coca-cola, duh.

Lancé una carcajada y la miré.

- No te hagas la mala que luego cobras.

Me miró con cara de huérfana y miró hacia abajo.

- Si ama, lo que usted mande.

Lancé otra carcajada.

- Pásame el bloqueador, si no después quedo roja como tomatito.

Me lo tiró y yo lo atrapé en el aire.

Comencé a ponerme en los brazos y el cuello y pecho, con cuidado de no manchar la bikini de Bárbara.

Me había decidido por una de sostén naranja y bragas negro. No era feo, en realidad, era lindo y me quedaba bien, pero me incomoda un poco. Me siento casi desnuda.

Ya había terminado con la parte del abdomen y los glúteos. Me incliné para ponerme en la parte baja de las piernas.

- Kyky, esa posición es muy tentadora para adolescentes calentones. Te recomiendo que busques una manera de no mostrarle a la playa de Cali tu enorme trasero. -me comentó Mery con demasiada sinceridad.

Living with a JerkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora