veintitrés

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No, el abrazo no tuvo fines sexuales, si eso se preguntan, cerdos.

Fue, digamos, lo más cercano al romance que viví en mi vida entera. Una experiencia fuera de lo normal, que sinceramente no creí que sería capaz de soportar por el hecho de que no aceptaba ese tipo de cursilerías de parte de un ser humano del sexo opuesto. Pero con él funcionó, solo nos abrazamos y ya. Nada de tensión sexual, para nada. Ni un poco. Cero.

Claro que estoy siendo sarcástica, pero por si acaso lo aclaro, porque el nivel de tensión sexual que había en la sala por poco me ahogó esa noche, si no hubiese sido por Liam, que interrumpió el momento para pedirme azúcar a las diez de la noche. Como si no fuésemos a darnos cuenta de que había aparecido para controlar lo que ocurría allí.

Stiles me hizo compañía un rato más, vimos el capítulo de un reality show y luego se fue porque al otro día debía ir a la academia. Allí quedé, sintiéndome rara. Y con rara me refería a repugnantemente atraída por el castaño y no de la forma usual. Sí, el hijo de perra me hacía sentir mariposas, lo admito.

Sí, tal vez necesitaba estar en una relación estable con un hombre que me respete y cuide como él hacía. Sí, tal vez   por primera vez me interesaba románticamente alguien. Sí, tal vez me tomó casi una década y un embarazo darme cuenta.

Y esos pensamientos al menos me ayudaron a salir de mi aislamiento social. De hecho, un par de días después fui a cenar al departamento de Allison y Scott. Donde obviamente se reunieron todos porque cómo iban a rechazar una invitación a comer tacos gratis y alcoholizarse. Nadie sería capaz de negarse a eso. Bueno, exceptuando a los veganos y vegetarianos, claro.

En este caso, casi todos éramos unos carnívoros asesinos, así que nadie faltó. La única que tuvo empatía con los animales fue Allison, que siendo vegetariana se preparó su comida aparte, mirándonos disgustada. Al parecer Scott olvidó ese pequeño detalle al cocinar media vaca.

Stiles se sentó en una esquina de la mesa, al lado de Scott. De vez en cuando me miraba y yo, del otro lado de la mesa, terminaba haciéndome la distraída tomando un sorbo de agua para que no notase que me agitaba. Mientras tanto, Isaac me daba codazos al mismo tiempo que hacía chistes sobre vacas para molestar a Allison.

Terminamos la comida y nos trasladamos al sofá para más comodidad y fue allí donde ocurrió el desastre. En resúmen, fue Scott el que metió la pata mientras jugaban a un juego al que yo ni siquiera quise participar.

—¿Lydia, por qué no juegas? —preguntó Isaac, mientras preparaba los shots.

—Las embarazadas no juegan, idiota —dijo el mismísimo anfitrión que de no ser porque estaba un poco pasado de copas, hubiese sentido mi puño en su garganta.

—¿Qué? —preguntó, o más bien gritó Isaac con los ojos bien abiertos.

—Está bromeando, es un payaso —acotó Allison, tratando de salvar la situación.

—No... Creí que ya lo habían anunciado. Stiles, ¿por qué no me avisas?

El castaño, perdiendo de repente todas sus habilidades para mentir, miró a su alrededor y se rió nerviosamente, expulsando un ¿qué? menos creíble que las promesas de mi padre.

—Scott, cierra la boca —soltó Allison, empeorándolo aún más.

—¿Me estoy perdiendo de algo o qué? —preguntó Malia, comenzando a sospechar.

Hubo un largo silencio y Scott decidió terminar de embarrarme:

—Lydia está embarazada —se rió casi en carcajadas, como si fuese a contar el remate de un buen chiste—, y Stiles la embarazó.

No podría describir con exactitud la expresión de los demás porque cada uno demostró ocho emociones distintas en un segundo. Yo, por mi parte, me quedé congelada para no tomar el cuchillo de la mesa y clavárselo en la maldita yugular al novio ebrio de mi mejor amiga, podía asegurar que en esos momentos se sentía muy tentador.

—¿Es un chiste? —espetó Malia, mirándome a mí solamente. Como si su ex no hubiese sido parte de aquello.

—Yo estaba igual que tú —volvió a hablar Scott, agotando la paciencia de Allison, que lo tomó de la oreja y se lo llevó.

—¿Terminamos hace menos de dos meses y ya embarazaste a alguien? —reclamó la castaña contemplando ahora a Stiles.

—No, esto ocurrió antes —contestó él, hundiéndose solo. Mediante una serie de muecas, se vio como fue percatándose de lo que dijo.

—Espera un momento... —me señaló y lo señaló, poniéndose de pie—. ¡Te revolcaste con ella cuando aún estábamos juntos! ¡Maldito cerdo asqueroso infiel!

Isaac miraba toda la escena boquiabierto.

—¡Y tú, cabeza de zanahoria! ¿Qué hacías metiéndote con machos ajenos? ¿Es que no te alcanzaba con los solteros, eh? ¡Te salvas solo porque tienes un bebé ahí adentro!

—En realidad, ya lo aborté.

Ahí iba Lydia a hundirse sola también.

—Entonces no te salvas, maldita, ¡te voy a matar!

Y así fue como Malia terminó abalanzándose sobre mí para vengarse por haberme acostado con su ex cuando no era su ex. Rodando por el suelo con la castaña encima, ví el lado positivo, podría actualizar mi lista:

1. Coqueteé con Scott Mccall.
2. Besé a Scott Mccall.
3. Me acosté con Scott Mccall.
4. Malia se lo contó a Allison.

5. Coqueteé con Isaac Lahey.
6. Besé a Isaac Lahey.
7. Me acosté con Isaac Lahey.
8. Malia se lo contó a Allison.

9. Coqueteé con Stiles Stilinski.
10. Besé a Stiles Stilinski.
11. Me acosté con Stiles Stilinski.
12. Me embaracé de Stiles Stilinski.
13. Scott se lo contó a Malia.

malia va a matarme | stydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora