Organizados o desorganizados, siempre crueles.

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En el libro "Asesinos en serie", Ressler formaliza una distinción entre asesinos organizados (psicópatas) y desorganizados (que padecen algún otro trastorno mental). Las consideraciones que llevan a esta distinción se conciben a partir de la escena del crimen y del tipo de víctima elegida.


Los asesinos organizados:


Son quienes planifican sus crímenes. En general eligen víctimas que generan bajo riesgo (prostitutas, vagabundos, gente haciendo autostop). Utilizan su propio vehículo, ya sea para dirigirse al lugar del delito o para deshacerse del cadáver. No son demasiado sangrientos a la hora de asesinar y tienen el material necesario para generar el ataque.

De hecho, Ressler habla de que llevan un "kit de violación". Según sus propias palabras: "Eligen a personas desconocidas y las apresan con mucho criterio. Buscan a alguien que encaje con el tipo de víctima que tienen en mente en cuanto a edad, aspecto, profesión y estilo de vida. Muchos de ellos, cuando salen de 'caza' llevan el kit de violación con el fin de no tener problemas a la hora de someter a la víctima y dejarla sumisa, un elemento esencial de su fantasía".

Aunque los asesinos en serie suelen ser hombres solitarios e introvertidos, los asesinos organizados son los que mejor pueden compatibilizar su costado criminal con una vida aparentemente normal.

Los asesinos desorganizados:


Estos delincuentes se caracterizan por una brutalidad sin límites, por su descontrol y por su improvisación. Acuden a pie o en transporte público al lugar del asesinato, eligen a sus víctimas al azar, sin pensar en el peligro que implica para ellos. No se preocupan por los vestigios que puedan quedar en la escena del crimen y son extremadamente brutales, en ellos es habitual la mutilación o el canibalismo.

Un rasgo sorprendente de los asesinos desorganizados es que matan muy rápido a su víctima para despersonalizarla. Los asesinos organizados, por el contrario, encuentran el goce del asesinato en la máxima demora de la materialización de la muerte. El desorganizado no puede controlar su impulso criminal, el organizado planifica su fantasía y decide de manera precisa cuándo ejecutarla.

Por otro lado, no es lo mismo un asesino de masas que un asesino en serie. El proceder del asesino de masas es simultáneo, mata a muchas personas en una sola acción. La conducta del asesino en serie es sucesiva, comete asesinatos encadenados a fin de perfeccionar su fantasía.

El libro de Ressler no admite concesiones con el morbo fácil ni con la espectacularidad del horror. Ressler desmitifica al serial killer. Dice que no es un personaje interesante, no es una persona con la que compartiría una conversación. Se trata de seres marginados, atormentados, con trastornos mentales y de un narcisismo exacerbado.

A partir de sus numerosas entrevistas, Ressler llega a la conclusión de que: "Los asesinos seriales son personas inadaptadas, inútiles. Tienen graves problemas para enfrentarse con la vida cotidiana porque no funcionan como individuos, son incompetentes y no tienen las capacidades necesarias para integrarse. Si las tuvieran, serían capaces de afrontar el estrés que los lleva a cometer un crimen, superarían los obstáculos que los llevan a cruzar el umbral".

Además, agrega que estos individuos "quieren ser alguien, pero no a través de la fama positiva, sino de la infamia. Cualquier tipo de reconocimiento es importante para ellos, necesitan llamar la atención.

Estos criminales violentos arrancan sus carreras porque son tan inadecuados, tan incapaces de obtener reconocimiento social, que empiezan a fantasear con ser asesinos y adquirir notoriedad".

50 Asesinos Seriales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora