Ficciones Mortales.

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Los asesinos en serie no se parecen a los que conocemos a través del cine, ni de los textos literarios. El crimen es un género ficcional cuyas estrategias constructivas deben alejarse de la realidad para resultar efectivas y obtener el interés del público. Para ello, cualquier ficción toma elementos de la realidad y los procesa narrativamente.

La vida de una persona real no suele ser tan interesante como la historia de un personaje de ficción. Esto se aplica también a los asesinos seriales, por eso, Hannibal Lecter o Dexter Morgan son ingeniosos desarrollos narrativos pero no verdaderos asesinos.

Algo similar ocurre con la imagen de los avispados detectives del FBI que Hollywood retrató desde miles de ángulos. Quienes realmente trabajan con este tipo de perfiles no son brujos que adivinan hasta el más mínimo detalle del culpable. El trabajo de un criminólogo se circunscribe a delimitar los rasgos psicológicos del asesino y proporcionarlos a la policía local, que, con ellos, podrá estrechar el cerco sobre un sospechoso. A su vez, los asesinos en serie tampoco dedican tiempo y esfuerzo en liquidar a los agentes del FBI.

La prensa amarilla es otra fuente de confusión. La necesidad de vender una historia escalofriante provoca tergiversaciones en el carácter, los datos, el modus operandi y hasta los móviles de cualquier crimen. Un caso de asesinato serial vende miles de diarios y revistas y ocupa cientos de horas en las grandes cadenas televisivas, ya nadie ignora las ganancias que esto reporta.

50 Asesinos Seriales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora