22 - Penúltimo capítulo.

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{Tratando de reconstruir}

— ¡Yah! Lo que pasó anoche no te da derecho de venir y tratarme como si fuera tu novio. Sigo siendo un alma libre ¿entendiste? – escupió KiBum, dejando la toalla húmeda sobre el respaldar de la cama.

JongHyun, a su lado, soltó una risa divertida y sumamente feliz. El hecho de tener un poquito del cariño de KiBum le estaba haciendo tan dichoso, sin importar lo que el otro dijera, a él sólo le bastó recibir esos besos, y esas caricias para notar lo que realmente ambos sentían.

— Entonces ¿no me dejarás disfrutar esto que tenemos? – preguntó JongHyun, atreviéndose a abrazar al otro desde atrás. Fundiéndose con calor de la espalda tibia de KiBum. – Al menos... permíteme sonreír un poco teniéndote así. Quiero ser un hombre enamorado feliz, por favor.

— Enamorado... - susurró el menor, riéndose un poco y a la vez entrelazando sus dedos con los de JongHyun, - tú sólo eres un tonto.

Sí, sí lo soy.

JongHyun vuelve a caer en su cama, las lágrimas en los ojos y el dolor de cabeza no lo dejan desde hace dos días. Los recuerdos de la primera noche juntos, de sus besos, de las palabras cortas pero bonitas, de todo lo que se supone era real.

Lo ama, hasta ahora y desde siempre. Si es honesto, quisiera tanto mandar al diablo todo e ir a buscarlo. Pedirle quizá una última oportunidad, una de verdad en donde ambos fueran sinceros con sus propios sentimientos.

Esa oportunidad de oír a KiBum decirle que lo ama todas las veces que necesite. Porque él siente lo mismo, y JongHyun no duda de ello.

No puede, aunque ahora las circunstancias sean así de complicadas.

— Hablé con mi padre – se escucha a Sekyung desde el marco de la puerta. JongHyun se sienta tan pronto la ve. – Se cancela el matrimonio, y no hay nada más que decir.

El castaño palidece, limpiándose los ojos antes de saltar de la cama y acercarse a Sekyung.

— Ni siquiera lo intentes – ella lo detiene, retrocediendo hasta chocar con la pared. – Mi decisión está tomado, y si tú vas a seguir comportándote como un cobarde es asunto tuyo, porque yo no pienso ser cómplice. Me cansé de razonar contigo.

— Seky.

— No, JongHyun – ella le da espalda, caminando fuera de la habitación. - ¿El que KiBum haya actuado de esa forma hace días no te fue suficiente? Ustedes dos son tan estúpidos que terminarán matándome más rápido que el mismo cáncer. ¿O qué crees, que me casaré contigo nada más para no quedarme sola? – JongHyun la toma del brazo, y ella se suelta con brusquedad. – Si tanto me quieres entonces ponte bien los pantalones antes de que sea demasiado tarde.

Derrotado, JongHyun suelta un quejido adolorido. Quizá es dramático, o tal vez si es un estúpido luego de todo lo que ha sucedido. El haber puesto a Sekyung contra las cuerdas es una muestra de lo inútil que sigue siendo para afrontar la verdad, y ahora ella ha tenido que tomar sus propias decisiones porque sabe muy bien que él no lo hará.

Lo peor de todo viene a raíz de esa actitud. En el pasado tuvo la oportunidad de corregir sus errores, o al menos de intentar ser una mejor persona, pero ¿qué hizo? Tomó el corazón de KiBum y lo rompió sin siquiera darse cuenta.

Seis años después... ha terminado haciendo lo mismo.

— J-JongHyun.

El castaño levanta la cabeza, el corazón se le detiene por un segundo cuando ve a Sekyung desvaneciéndose. Su cuerpo delgado choca con el suelo. JongHyun tiene que correr hacia para ella para tomarla en brazos.

— Estoy aquí, tranquila – susurra él, abrazándola con fuerza. – Tengo que llevarte al hospital.

Sekyung sólo lo mira de vuelta. El cansancio es tan obvio en ella que la culpa golpea a JongHyun con fuerza, haciéndole llorar, y haciéndole sentir peor.

Sekyung no merece pasar por nada de esto.

De entre todas las personas, realmente ella no lo merece.

— Q-quiero hablar con KiBum – balbucea Sekyung, apretando la mano del castaño. – Vamos al hospital, pero por favor quiero hablar con KiBum.

JongHyun asiente, limpiándose el rostro lloroso con las mangas de su camisa antes de levantarse.

Tienen que irse.

El próximo vuelo a Seúl sale mañana en la madrugada, y KiBum está pensando en si debería llegar a casa de su madre, o si mejor busca un departamento propio en donde quedarse

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El próximo vuelo a Seúl sale mañana en la madrugada, y KiBum está pensando en si debería llegar a casa de su madre, o si mejor busca un departamento propio en donde quedarse.

Tal vez por el momento vivir con TaeMin sea una buena opción, por lo menos hasta que se pueda conseguir otro lugar mejor, uno en donde se sienta cómodo y lo suficientemente tranquilo.

Aunque es difícil. Su mayor problema no es ni el dinero, ni mucho menos el sitio. Su talón de Aquiles lleva nombre y apellido, porque sigue repitiendo los mismos errores del pasado.

Enamorarse de JongHyun una vez más ha sido lo peor. El saber que el sentimiento es mutuo aumenta ese pesar, y como si no fuera suficiente la enfermedad de Sekyung crece día con día.

¿Es que acaso ninguno de los tres va a lograr ser feliz? ¿Ninguno de los tres va a salir del hueco depresivo en el que están metidos?

KiBum cree que el destino es demasiado cruel, y que si no estaba escrito que el amor fuera lo más importante en su vida entonces no debería haberse cruzado con JongHyun de nuevo.

Él estaba bien antes de ello. Tenía un rumbo trazado, una novia a la cual quería, unos buenos amigos, un futuro seguro que no tambaleaba ni por sus inseguridades, ni mucho menos por una persona.

KiBum realmente estaba bien. ¿Por qué JongHyun tuvo que volver? ¿Por qué?

Si su teléfono no estuviera sonando, quizá habría seguido torturándose de su propia mala vida, pero KiBum es una persona demasiado ansiosa y ni en las circunstancias más tontas ha dejado de prestarle atención a lo que podría ser una urgencia.

Además, es bastante tarde ya. Nadie estaría contactándose con él si no fuera en verdad importante.

¿Verdad?

Tomando el teléfono desde la mesita de noche mira que tiene un mensaje. El nombre de JongHyun tintinea en la pantalla haciéndole preguntarse si debería ignorarlo.

Al final, no lo hace, porque es demasiado débil.

"Sekyung está en el hospital. Quiere hablar contigo, por favor ven."

KiBum no termina ni de leer en el mensaje. Toma una chaqueta y sale de su departamento sin importar que tenga puesta la pijama. 

 

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