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{Invierto con sabor a reencuentro}

No es que KiBum odie a TaeMin. No es que deteste su manera de acurrucarse mientras duerme como un bebé. Por supuesto que no.

Lo único que a KiBum realmente le molesta es no poder estirarse con comodidad en su propia cama, porque al niño de veintiséis años se le da la gana de enredarse igual que un pulpo entre sus piernas.

— Me estás aplastando – se queja el castaño, tratando inútilmente de darse la vuelta en su propia cama. – Auch ¡Yah Lee TaeMin!

El menor se remueve un poco. Sólo un poco. Centímetros.

KiBum tiene que hacer un esfuerzo sobre humano para no darle una patada y que deje de tratarlo como su jodido oso de peluche.

— A mala hora te dije que podías quedarte en mi departamento – le dice KiBum al rubio dormido, que ahora tiene la cabeza escondida bajo su brazo. – Oh, por favor. ¡Despierta, pequeño parásito! ¡Devuélveme mi brazo que no soy tu almohada!

TaeMin parpadea a su lado. Los pequeños ojos somnolientos se abren para mirarlo con molestia. Un puchero se forma haciendo a KiBum resoplar.

— A veces pienso que no me quieres, hyung – se queja el menor, dándose la vuelta en la cama, apretando la almohada en su pecho para volver a dormirse.

KiBum rueda los ojos. Está tan acostumbrado al lado dramático y berrinchudo de TaeMin que ya no le toma importancia, es más, está completamente seguro de que en unas horas tendrá al mocoso encima de él otra vez, como un gran bebé que es.

Lo conoce desde hace seis años, así que esas actitudes ya no le sorprenden.

Quitándose las sabanas sale de la cama. Mira el reloj; marcan casi las 7: 40 am, por lo que tiene veinte minutos para bañarse, vestirse y comer algo.

Sekyung — su jefa, y dueña de la mitad de la compañía — siempre odia que sus empleados lleguen tarde, y tomando en cuenta que hoy llegará su prometido de Seúl todo tiene que salir sumamente perfecto.

KiBum no lo conoce, pero cree que las primeras impresiones pueden marcar distintos rumbos en la vida de las personas, así que quiere utilizar su mejor traje, junto a unos zapatos nuevos que le regaló Sooyoung.

También piensa en llevar las botellas de Soju que trajo TaeMin, porque Sekyung ha mencionado antes que a su novio le gusta mucho, entonces KiBum cree que es un buen detalle con su futuro jefe.

Además, como dice siempre Sooyoung: "Hay que darle una sonrisa a tu enemigo si de él depende tu futuro laboral."

Y sí, KiBum tiene planes muy grandes dentro de la compañía como para echarlas a la basura por no ser del agrado de ese hombre. Así que ¡con todo el ánimo del mundo, irá por el desconocido!

¡Que caiga a tus pies, KiBum! Ok, en realidad no tan así. Pero al menos que no lo odie.

Con un buen ambiente entre ellos será suficiente.

En verdad será suficiente.

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🍁 𝓣𝓲𝓶𝓮 𝓵𝓪𝓹𝓼𝓮 🍁 JongKey  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora