23 - Último capítulo

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{¿Puedo el otoño renacer en primavera?}

El ambiente de hospital no es el favorito de KiBum. Todas las paredes blancas, la gente vestida con uniforme claro caminando de aquí para allá, y las miradas preocupadas de distintas personas que cuestionan cada uno de sus pasos.

Las ganas de decirles que dejen de mirarlo están ahí, pero en éste momento lo más importante es la salud de Sekyung, que no merece sufrir, ni pasar sus último tiempo en un vaivén de emociones.

Además, aún hay una disculpa pendiente por dar. El show vergonzoso de hace un par de noches, con su borrachera y sus canciones tontas, de seguro que hicieron algo malo en ella. KiBum incluso piensa que ésta visita al hospital es en parte culpa suya.

El dolor, la descompensación, todo debe ser horrible para Sekyung.

Puede verlo ahora. Ella está sentada en una cama, sus ojos cansados, con una sonrisita débil y su piel pálida.

— Creí que no vendrías – Sekyung susurra, estirando su mano delgada para que KiBum la sostenga entre la suya. Él se acerca, se sienta al borde de la cama para poder mirarla de cerca. – Casi tuve que rogarle a JongHyun para que escribiera. Tú mejor que nadie sabes cómo es él.

— Lo importante es que estoy aquí ¿verdad? – dice KiBum, sonriéndole, apretando la mano fría con cariño, con miedo de la misma manera.

— Sí, y lo mejor es que cumplirás con todo lo que yo te pida.

KiBum baja la cabeza. Su sonrisa anterior se ha desvanecido con las palabras de Sekyung, porque puede entender ahora las razones reales de haberlo llamado.

No es que le moleste darle cara, es que siente vergüenza de tocar el tema con ella. De cierta forma parece irreal, e incómodo. Tomando en cuenta que Sekyung es la prometida de JongHyun, y que en éstos dos meses han pasado cosas no necesariamente amistosas con él, es en verdad incómodo.

El asunto empeora si KiBum recuerda la cancioncita que se le ocurrió cantar esa noche.

Dios.

E-escucha – empieza balbuceando. Su mirada clavada en las sábanas blancas, mientras trata de encontrar las palabras correctas, - lo que ha sucedido entre JongHyun y yo fue un error. Yo en ese momento sentí que estaba haciendo algo sin importancia así que acepté involucrarnos.

Sekyung lo mira con el ceño fruncido. Su boca torcida en una mueca es la señal que KiBum interpreta como una molestia, o quizá una decepción.

— En serio lo siento – continúa él, mordiendo su labio inferior, aguantando el de pronto nudo en el estómago que le produce náuseas.

— Yo no necesito tus disculpas, KiBum – escupe Sekyung, haciendo al castaño mirarla de vuelta con una expresión confundida. – Es que de verdad... tú y JongHyun son tan idiotas que quiero levantarme de ésta cama sólo para golpearlos.

— Pero, Seky...

— ¡Yah! – ella exclama, ahora enojada por una necedad igual o peor a la del otro hombre en cuestión. - ¿Por qué ustedes no pueden aceptar lo que digo sin refutar? ¿Acaso son unos bebés? ¡Se aman, maldita sea! ¡Y yo sé eso! ¡Siempre lo he sabido! Aish, es que sólo quiero colgarlos de un árbol y darles unos buenos golpes.

Las mejillas de KiBum se sonrojan. Aquella vergüenza, y clara incomodidad ponen tenso el ambiente en el que ambos están.

Aunque es cierto, cada palabra dicha, es totalmente cierta. Los sentimientos profundos, el que sean necios, el que huyan de sus propias decisiones. Sí, ellos en serio actúan de ésta forma.

🍁 𝓣𝓲𝓶𝓮 𝓵𝓪𝓹𝓼𝓮 🍁 JongKey  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora