Las botas negras salpicaban agua de los charcos en las calles de Londres mientras caminaba, el largo saco negro con capucha le cubría la cara y protegía su cabello de la fuerte lluvia de ese martes.
Caminaba esquivando personas y tratando lo menos posible de llamar la atención cuando entro a un callejón lleno de basura.
Sentía un dolor leve en la garganta, brinco varios charcos para no mancharse más y siguió su camino por las atoradas calles de Londres.
Se quitó la capucha y entró, el sacó ondeo a cada paso que daba. Llegó a un edificio extraño, negro de tres pisos, oscuro como la noche y con un letrero gigante de una luna llena.
Al entrar percibió un olor asqueroso a licor y a mugre, arrugó la nariz, pero en ese trabajo jamás se esperaban cosas lindas. Sujetó la bolsa con fuerza y en el bolsillo izquierdo la varita y camino buscando al hombre por el que venía a ese lunar.
Lo encontró en la mesa del rincón, con una cerveza humeante, varios platos de comida y enormes cantidades de pan.
Hizo un gruñido con la garganta y el hombre alzó la vista. Era feo y de cara redonda, frente ancha y unas cicatrices horribles por toda la cara, canoso y pecoso con unos colmillos filosos.
–No se para qué el señor Potter quería que yo viniera–dijo el hombre.
–El señor Potter ha recibido información de que usted–la muchacha se sentó en la silla de enfrente, sacó una fotografía que le produjo escalofríos y un dolor en el costado y la puso frente al hombre–, a visto alguna vez a esta chica. Aproximadamente hace cinco años y medio.
El hombre sacó unos lentes y se los colocó en la nariz, tomó la foto y pareció examinarla como una máquina de rayos X.
–¿Hace cinco años? Largo tiempo, no se si recuerde algo–dijo y dejó la foto.
–¿Nada de nada? Señor Ilío esta información en muy importante para encontrar a una persona perdida–dijo la chica.
Ilio cruzó los brazos y luego miro a la joven con los ojos entrecerrados.
–¿Así?
–Así es, recuerde que sk da información buena se le puede dar una nuena recompenza–continúo la chica–. El señor Potter recibió información de que usted fue encontrado cazando ilegalmente en territorio Londinense, en el mismo lugar en que esta chica fue vista por última vez. ¿Seguro que no la ha visto cerca?
–Es día señorita, terminó mi vida de humano, míreme, soy un hombre lobo.
–No me interesa si el lobo, vampiro o unicornio, solo necesito información–aclaró la chica.
Down Ilio era un hombre muy extraño vestido de harapos y con arañazos en todas partes. Trató de recordar algo, pero no pudo hacerlo. La chica frente a él esperaba con impaciencia pero se dio cuenta de que no sabía nada y se aclaró la garganta.
–¿No sabe nada?
–No que yo recuerde, verá, fueron cinco años y medio muy largos. Que yo sepa todos estaban ocupados con el rollo de la guerra ¿por qué preocuparse por una chiquilla?
Apretó las manos en la mesa, aquella "chiquilla" no tenía nada de inocente. Muchos lo sabían ya, Harry Potter había difundido la noticia para que todos se unieran a la búsqueda de Hermione; la cual empezó fuerte, per decayó con el paso de los años.
Hace unas cuantas semanas había vuelto de Australia, fue a buscar a los padres de Hermione, pero ellos se mantenían ocultos sin saber que tenían una hija.
–Porque esta chica–escupió con odio–, cometió muchas faltas a la ley mágica, secuestro a una persona y se hizo pasar por ella con ayuda de la poción multi-jugos. No es inocente y aunque ya no este viva, la persona secuestrada, debe ser encontrada.
Down Ilio se quedo pasmado, la forma en la que esa chica lo había dicho le erizó los bellos de punta. Él mismo tenía familia, una hija, Dominica, quién ya no sabía nada de su padre desde hace cinco años y él, mas que nada en el mundo deseaba encontrarse con su familia. Se imaginaba a la pobre chica secuestrada, Hermione Granger, deseando volver con su familia y algo se abrió en su interior.
–No se nada, solo escuché un leve sonar de puertas de madera en medio del bosque...pero después de eso sufrí mi ataque. No sé que bosque.
–Bien, es algo–dijo.
Megan White, ahora auror del ministerio de magia, era una muchacha inteligente, qué con sus amigos había derrotado a Lord Voldemort y se había convertido en una heroína junto a muchos otros. Sacó un saco de monedas y se lo dió al hombre.
–Gracias por su ayuda.
Se levantó como rayo, se puso la capucha y salió de la taberna olorosa y caminó por las calles de Londres. Las botas lanzaban gotas de agua a todos lados mientras apresuraba el paso para aparecerse en el Ministerio de Magia.

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Encontrarte
Fiksi PenggemarHarry no ha parado de buscar a Hermione en cinco años y no parara de hacerlo. Ella podría estar en grave peligro. Harry tenía que salvarla. La guerra había terminado, Harry, ahora un auror del ministerio y no cualquiera, sino el jefe; se ha puesto...