Efecto Mariposa. [L]GTB #PGP2024

¡Ven por mi, perra!

Solía decirle a mi madre que era una exagera en muchos sentidos. Más aun cuando se trataba de un arrebato sobreprotector con nosotros, en especial conmigo. No me dejaba ir a fiestas, por miedo a que me pasara algo. No me dejaba ir a casa de mis compañeras de clases, por miedo a que sucediera algo. Y siempre le daba la misma respuesta, nada me pasaría. Pero ella no me creía. Aseguraba que le daba un malestar en su corazón. Un malestar muy recurrente, incluso ahora, después de adulta, sufre de esos dolores.

No los llegue a comprender hasta que mis hijos nacieron. Es caminar por la vida con el corazón tomado de la mano, eso es lo que significa tener hijos. Me jure no ser igual a mi madre en muchos aspectos, me gusta dejar ser a mis hijos y que estos puedan explorar el mundo, siempre con mi atención puesta en ellos.

Hoy es un día, en donde todo está mal desde que despierta. Un día, en donde te levantas con mal humor. Donde llegas tarde. Te equivocas de camino. Encuentras tráfico. Un día donde, el corazón te duele sin ninguna explicación. Una tristeza clavada en el pecho. Una opresión que te quita la respiración. Un algo dentro que no tiene explicación. Tengo la certeza que de todas estas emociones que me desbordaban, no son mías. Y cuando comprendí eso, no deje de mirar la foto familiar en mi escritorio.

—Rose, ¿me estas escuchando? ¿te sientes bien?

Soltó un largo suspiro intento desvanecer el dolor en su pecho. Ni siquiera con el masaje que se daba de forma sutil aliviaba su presión. Tomo la carpeta que Ella McCullen y la dejo en su escritorio regresando su vista a la pantalla de su laptop revisando las graficas.

—¿Todo bien? —Insistió en preguntar.

—Estoy bien, Ella —Su respuesta salió casi como un gruñido—. Las gráficas de Marissa, ¿son las que mostrara en la reunión?

—Si, me tome la libertad de hacer un cuadro comparativo con el tuyo. —De forma proactiva envió desde su Tablet la información a Rose—. Por supuesto que tu aplicativo la supera.

Rose dejo de escuchar la voz de la chiquilla luego de la palabra 'supera' es lo único que le interesa en ese momento. Todo lo que significara sobrepasar a Marissa, se transformaba en ganancia. Inclino su cuerpo sobre el escritorio, con la intención de apreciar mejor la gráfica en la pantalla ganando una corriente en todo su brazo izquierdo, transformando su rostro en una expresión de agudo dolor.

—¡Rose! —Chillo Ella al ver el brinco que dio en su silla—. ¿Qué te sucede?

—¡Ella, cállate! —Sostuvo su brazo izquierdo apartándose de la laptop—. Lo último que necesito es un escándalo en la oficina, ya suficiente tengo con ser la comidilla del lugar.

La rubia trato de detener a Rose con tal de mirarla mejor, pero reacia a su tacto la hizo a un lado caminando hasta el bar.

—No vas a beber —Le arrebato la botella de licor antes de que sirviera un vaso—. ¿Qué es lo que te pasa?