Efecto Mariposa. [L]GTB #PGP2024

Nada pasa dos veces igual

'Somos victima de nuestra cruel imaginación.' 

—Rose Razack.

Nunca olvidamos la primera vez. Casi nunca lo hacemos. Al menos, ese primer momento que marca el inicio de algo. Yo, no olvido mi primer beso. No es por el hecho de que fuera memorable, fue torpe, sin sincronía, pero la emoción que en mí causo por primera vez es lo que recuerdo. Mi corazón palpitando, mi mente nublada y lo rápido que mi cuerpo pedía más que ese torpe roce de labios.

Sí, la primera vez la recordaremos siempre, pero la segunda vez son buenas también y las que le siguen, por supuesto. Recuerdo la primera vez que mi cuerpo se sintió aplastado entre otros dos. Cuando en la cama dos no eran suficiente y, el tercero fue ese impulso para que la montaña rusa escalara más y más alto. Mis labios rompían el contacto con una boca e iniciaba con otra. Había tantas manos y piel que no sabía dónde terminaba una e iba a otra. Mi mente explotaba de placer y  mi cuerpo no dejaba de hervir y...

Algo en mi mente se quebró. Las normas morales y sociales se fueron al carajo. Sentí libertad. Una libertad mal vista y mal sana para lo demás. Ya les dije que la primera vez es el inicio de algo, pero ¿sabemos cuándo detenernos? Eso es lo más difícil.

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La primera impresión. Es importante; dicen que eso define el momento de tomar decisiones como un puesto de trabajo o una cita, el hecho es que llegar a tiempo es importante. La experiencia me ha dicho que cinco minutos antes y cinco minutos tarde, pueden marcan una gran diferencia. El tiempo, sin importar como lo midas, puede hacer una diferencia entre la vida y la muerte ¡Qué maravilloso y aterrador puede ser el tiempo!

Rose, se considera a sí misma puntual. Rígida cuando se refieren a las palabras 'tiempo' y 'puntualidad'. Odia cada vez que Natasha llega tarde a cualquiera de sus citas, la palabra impuntual debe llevar su nombre, porque treinta minutos o una hora tarde es una falta de respeto para cualquiera. Justo en este momento estaba copiando ese mal ejemplo, sintiendo un ataque de ansiedad dentro de su auto cada vez que el reloj sumaba un minuto más a la hora pautada. Con la mirada fija en el tiempo, como si eso fuera a detenerlo. Sus manos apretando ese volante cada vez que el calambre sacudía su estómago e Iris de nuevo llamaba hasta que el teléfono la enviaba a buzón.