𝓔𝔁𝓽𝓻𝓪 𝓮𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 - 𝓘𝓻𝓲𝓼 𝓩𝓪𝓿𝓪𝓻𝓬𝓮 𝓒𝓪𝓻𝓭𝓲𝓮𝓻

396 24 28
                                    

IRIS      ZAVARCE     CARDIER

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

IRIS      ZAVARCE     CARDIER

Alguien que ha perdido tanto, no tiene que excusarse por los medios utilizados para lograr lo que quiere. Y yo, quiero a Rose. La amo. La necesito. Es una parte de mí, como la sangre que necesito en mis venas y el latido de mi corazón para mantenerme con vida. Esa mujer se metió en mi mente, mi corazón, mi cuerpo ¡Mi alma! Y eso nadie parece entenderlo. El amor irracional que esta en mi cabeza, las lágrimas y sacrificios ¡Todo por ella! Aunque tenga la maldita costumbre de soltar y tirar de la cuerda cuando se le antoje.

Me pide un hijo y luego se arrepiente. Me dice que me ama y actúa indiferente. Está a mi lado y su mente en otro lugar. Yo solo deseo dejar de sentir esta inseguridad que me mata por dentro lentamente. Cuando pienso que tengo todo bajo control, que lo puedo solucionar, Marissa aparece y consigo el caos que me atormenta. Me volví un manojo de nervios, deje de pensar con claridad, deje a un lado todo por ella. Como respuesta, termine sobre Rose masticando sus labios hasta saborear su sangre, con ella sumisa entre mis manos deseando que se rindiera a mí de esta forma y no por un poco de ayuda extra.

—Iris, no...

Aparto su rostro quejándose del dolor en sus labios maltratados, sostuve su rostro molesta obligándola a tener su rostro delante del mío.

—¡Sí, Iris, si! —Dije mordiendo el lóbulo de su oreja—. Eres mía —Susurre.

Entrelace mis dedos con los suyos evitando que me empujara lejos, penetrándola con dos de mis dedos sintiendo el charco de placer y lujuria en su coño. Sus ojos se colocaron blanco mientras hacia círculos con mi pulgar empujando al mismo tiempo dentro de ella. Su cuerpo se volvió a sacudir debajo de mí, gritando mi nombre hasta quedar entumecido de placer.

—Mírame, mírame ¡Mírame, quiero que me mires! Porque este es el único rostro que debes mirar mientras te corres.

Una simple orden difícil de seguir en su condición. Hundí mi rostro en el mar rojo de su dulce cabello, separe sus piernas juntando nuestros coños frotándome con fuerza contra ella. Resbalaba tan fácil que animaba el ímpetu de mis caderas. Estruje su piel entre mis manos gimiendo su nombre en su oído, como un canto de sirena embrujando su mente. Mi nombre no deja de repetirse en sus labios, su lengua arrastrando palabras sin sentido. Calle sus negativas con placer, queme su piel con mi lujuria, el deseo era un ácido consumiendo todo.

—Iris... por favor... no puedo respirar

Levante mi cuerpo dándole un respiro. Solo un poco de oxígeno para sus pulmones, abrió su boca buscando con desespero respirar. Siempre hemos encajada bien, nuestros cuerpo caen como dos piezas en su justa medida. Sentir nuestros coños frotándose y sus senos balanceándose de arriba abajo por mis movimientos se volvía esa arte de que Rose tanto alababa. No sé si esto es posesión, dominación o sadismo, cualquiera de las tres palabras o todas juntas, pero me vine sobre Rose más rápido que cualquier otra vez que pudiera recordar. Me incline apretando su cuello, recordándole que era mía, completamente mía. Estruje su carne entre mis dedos observando con placer su rostro volverse rojo, tan rojo como la fruta prohibida. Mis dedos quedaron marcados en su cuello, y luego en su mejilla después de la bofetada que le di.

Efecto Mariposa. [L]GTB  #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora